Los niños ecuatorianos, afectados por la trata de personas y el tráfico de migrantes

La revictimización y el irrespeto por los derechos humanos fueron los temas que se abordaron ayer en el auditorio de la Universidad Católica.

Allí se realiza el encuentro sobre la trata de personas y el tráfico de migrantes. No existen estadísticas o cifras únicas sobre este delito en el Ecuador.

La Policía Judicial, la Fiscalía y las organizaciones no gubernamentales que acogen a las víctimas de trata registran cifras diferentes, pues se basan en los casos que llegan a cada dependencia.

La Fundación Nuestros Jóvenes, por ejemplo, acoge alrededor de 70 casos de víctimas al año. Aunque una de las cifras sí es clara: el año pasado, 126 personas (entre mujeres, niños y adolescentes), víctimas de trata, fueron rescatadas en el país.

Doris Moreno, coordinadora de la Unidad Antitrata del Ministerio del Interior, señaló que 6 000 personas son víctimas de trata permanente, es decir que esa cantidad no disminuye y fluctúa constantemente.

De esa cifra, el 40% corresponde a menores de edad. Para la ex concejala y presidenta de la Fundación Nuestros Jóvenes, Margarita Carranco, la problemática no se trata a profundidad por las autoridades ecuatorianas. “No existe una política pública o una legislación sobre los derechos de estas víctimas”. La ex Concejala y Vicealcaldesa sostiene que es preciso establecer sanciones a los clientes de las víctimas de trata y no solo a quienes las trasladan, porque “este delito no existiría sino hubiese clientes para ello, hay personas que incluso pagan por jóvenes vírgenes”.

En el encuentro se prevé viabilizar un manejo adecuado de información sobre la trata de personas y el tráfico de migrantes.

Según la Fiscalía General del Estado, se busca ejecutar planes de acción con cooperaciones interinstitucionales y que se cree un plan nacional de protección para las víctimas.

De acuerdo con un estudio de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, (Flacso / Andes), los fines de la trata y tráfico de personas tienen que ver primordialmente con la explotación sexual y laboral. También están relacionados con la pornografía, el trabajo doméstico, la mendicidad y el reclutamiento de menores de edad para vincularlos a grupos irregulares.

El encuentro continúa hasta el miércoles en los auditorios de la universidad con voces de expertos internacionales.

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