Una madrugada, Rosario Tipán envolvió a su hijo en una manta y lo recostó a su lado. Ella estaba muy cansada, y se durmió profundamente.
En medio del sueño, la mujer giró y la cara de su bebé quedó cubierta. A las 05:00, cuando su padre la despertó, se dio cuenta que el niño de apenas un mes de nacido, no respiraba.
Según datos del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC), la segunda causa de muertes violentas en Quito son las accidentales (resbalones, sofocación, caídas, intoxicaciones…).
En el 2013 hubo 300 fallecidos por estos incidentes. De ellos, el 39% fue por asfixia, es decir, 116 muertes.
El caso de Tipán pasó a engrosar las estadísticas. Al ver que su hijo no daba señales de vida, la mujer y su esposo acudieron a un centro de salud en donde le atendieron de inmediato, lamentablemente solo confirmaron la muerte.
Según el Observatorio, los niños menores de cinco años son las principales víctimas.
El pediatra Marco Sierra señala que este tipo de muertes son más comunes de lo que se cree. Uno de los errores que cometen los padres es que los bebés duermen con ellos.
[[OBJECT]]Por ello es preferible utilizar una cuna o moisés que esté junto a la cama de los padres, así se puede evitar esos accidentes y los adultos puedan atender a sus pequeños cuando sea necesario.
Rosario Tipán cuenta que quiso adquirir un moisés, pero por falta de recursos económicos no pudo hacerlo. Durante un mes, el bebé durmió junto a ella, para poder alimentarlo.
Las camitas de los bebés no deben estar colocadas totalmente horizontales sino con una ligera inclinación; es decir, levantada en la zona donde va a estar la cabeza del niño. Esto debido a que los niños menores de un año suelen presentar reflujo (la leche regresa a su boca) y pueden morir por asfixia con su mismo alimento.
Las muertes ocasionadas por resbalones, caídas y asfixias son más numerosas en la capital que los homicidios. El año pasado hubo 192 casos, frente a 300 accidentales.
La muerte del pequeño Roberto afectó la vida de su madre y del resto de su familia. La mujer cuenta que lloró durante meses e incluso, su esposo la culpaba del hecho. Esto le generó un serio conflicto emocional, que la llevó a someterse a un tratamiento psicológico.
Para tratar de superar la pérdida, se quedó embarazada nuevamente. Pero la pena era tan grande, influyó en que su parto se adelante dos meses.
Su hija recién nacida tuvo que ser tratada en un plan de crecimiento llamado ‘canguro’. Este consiste en tenerla en su pecho todo el tiempo, para que crezca y termine su desarrollo.
El miedo de que se repita el suceso hizo que Tipán casi no pueda dormir, a cada momento se aseguraba de que su niña respirara. Incluso, adecuó un cajón de una cómoda como cuna para su bebé.
Ella se aseguró de que en las noches, la pequeña tampoco no esté cubierta en exceso. Según el pediatra, las cobijas deben llegar solo hasta la altura de las axilas de los pequeños, incluso hay que ponerlas bajo sus brazos así con el movimiento nocturno, el bebé no podrá subirla hasta su rostro.
La posición del niño al momento que duerme, debe ser boca arriba pero con la cabeza de lado. Según indica Sierra, desde el 2002 ya no es aconsejable recostarlos de lado porque pueden quedar boca abajo y esto produciría un ahogo.
Tipán dice que “gracias a Dios superó la pérdida y el miedo”a que algo similar le ocurra después de un tiempo.
No olvide
Si un niño tiene algo atorado en la boca no introduzca los dedos, puede causarle más daños. Llévelo a emergencias.
Al realizar ejercicios de estimulación hágalo con objetos que sean más grandes que el tamaño de la boca del niño.
Cuando inician los primeros pasos es mejor aislar ciertas zonas de la casa en donde no existan objetos o lugares de peligro.
Si tiene dudas sobre los cuidados que debe darle a un niño acuda directamente con un profesional que pueda guiarle.