Guillermo Alonso, del Colegio Frontera Norte de Tijuana
Usted lleva 11 años investigando la violencia en Tijuana (México) ¿Desde cuándo en esa región el sicariato es un aliado del narcotráfico?
En los últimos 30 años, el sicariato se ha vinculado a los ajustes de cuentas dentro de los grupos de narcotráfico. En México, todo lo que es crimen organizado está bajo el dominio de los narcos. Ellos se han repartido el país en zonas de influencia y ahora buscan apoderarse de las fronteras.
¿Cómo opera ese sistema?
Tijuana, por ejemplo, pertenece al cartel de los hermanos Arellano Félix. Llegó un momento en que no solo controlaron la droga, sino el secuestro. Ahora, obligan a los coyoteros que llevan ilegalmente migrantes a EE.UU. a pagar derecho de piso.
¿Y si no pagan?
Es allí cuando se empieza a eliminar a todo aquel que está dentro de la delincuencia común, pero que ha violado las normas básicas de los carteles. Incluso si alguna agrupación se dedica al secuestro de empresarios tiene que rendir cuentas a los narcos. La realidad es que los narcotraficantes pagan a sicarios para matar.
Los carteles mexicanos tienen injerencia en 16 países. ¿Han exportado el sicariato?El grupo más conocido de sicarios en México son Los Zetas, que apareció a partir del 2000 en la zona del golfo de México. Sí, desde este país ahora se exporta el sicariato. Incluso ya han asesinado a gente en Buenos Aires (Argentina). Se han hecho multinacionales y se han trasladado a Centro y a Sudamérica.
¿Ya operan en Ecuador?
No está documentado, pero dudo que exista un país de América donde no se hayan expandido estos grupos y su modus operandi.
¿Incluido Ecuador?
Sí, incluido este país. Hay que tener en cuenta que cuando la salida de la coca está controlada en Colombia, los grupos se desplazan a países cercanos. A Guatemala le han tomado como lugar de operación. Y Ecuador, por su posición estratégica, está cerca de Centroamérica, en una ubicación muy propicia para que ingrese el narco mexicano.
¿La intención es repartirse territorios, como sucedió dentro de México?
Las grandes disputas de territorio mexicano comienzan sobre todo a partir del 2000, y coincide con el cambio de Gobierno, que estaba en manos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El cartel de Sinaloa, por ejemplo, quería tomarse Ciudad Juárez. Y el Cartel de Tijuana había negociado con carteles de Colombia para adueñarse de las entradas del narcotráfico. Fue allí cuando recrudeció el sicariato.
EE.UU. ha vinculado a las FARC con el narcotráfico. ¿Los carteles de México tienen contacto directo con la subversión de Colombia?
Los carteles mexicanos y las guerrillas en el norte de Sudamérica están vinculados como una forma de obtener dinero por la producción de droga.
Pero este panorama lo único que demuestra es la debilidad de los Estados.
En el caso de México, muchos politólogos de Estados Unidos hablan de un Estado fallido.
¿México ha fallado en su lucha contra la droga?
Allí está el debate, porque no controla la guerra de los narcos. Hay sectores donde están los carteles y no el Ejército ni la Policía.
¿Qué zonas de México son controlados por los carteles?
Por ejemplo Chihuahua, Durango, la sierra de Sinaloa, es decir, lo que se llama el ‘triángulo de oro’. También están en estas mismas circunstancias el desierto el sur de Arizona, que son rutas de entrada de la droga, dominadas por los sicarios. México es tan grande que es difícil controlar.
Entonces, México sí es un Estado fallido.
Eso dicen algunos politólogos.
¿Qué dice usted?
Que nos es Estado fallido, pero hay sectores que no están controlados por la Fuerza Pública.
¿Qué hacer?
El Gobierno ha intentado militarizar el combate a los carteles.
En Ecuador se comienza a hablar con fuerza del sicariato. ¿Qué medidas tomar?
El narco tiene mucho dinero y el Estado no lo puede contrarrestar. Combatir eso es difícil cuando hay masas marginadas, sin esperanzas de futuro sólidas. Tarde o temprano el crimen organizado, que tiene dinero, puede comprar conciencias. Es necesario atender a las grandes masas con educación, salud y producción.
Si el narcotráfico contamina a los operadores de Justicia, ¿el sicariato también?
Antes de asesinar a los llamados peces gordos, los sicarios (ligados al narcotráfico) comienzan a sobornar a jueces, militares, policías. El juego es simple: dicen toma el dinero y trabaja con nosotros o te matamos. Por eso en México se maneja la frase: “plata o plomo”. Primeramente hay que impedir que esto avance.
Si es algo regional, ¿la solución es cerrar las fronteras?
El reto es controlar el crimen organizado con fronteras abiertas para la economía.