En la habitación 31 del Hospital Vicente Corral Moscoso, de Cuenca, se recupera Nancy Bueno, de 32 años. Su rostro, cuello, pecho y otras partes de su cuerpo tienen quemaduras, que no son de gravedad.
Ella estuvo en la cocina aledaña a la de Rosa Quichimbo, quien falleció el lunes pasado tras un estallido generado por la fuga de gas. Fue en las calles Posorja y Unidad Nacional, en el sur de Cuenca.
Bueno, con su voz entrecortada, recordó que ella quería calentar agua en una olla y de inmediato sintió que varios ladrillos cayeron sobre su cuerpo. “Recuperé el conocimiento cuando era atendida en este hospital”.
Es nuera de Quichimbo y en los primeros reportes del Cuerpo de Bomberos no aparecía como herida ni que estaba en la cocina aledaña. Por ello, la primera hipótesis fue que la detonación ocurrió en el hogar de la ahora difunta.Según Oswaldo Ramírez, jefe del Cuerpo de Bomberos de Cuenca, una vez que se sabe sobre las quemaduras de Bueno se tienen más hipótesis del incidente. Dijo que los bomberos conocieron la situación de Bueno recién la tarde de anteayer.
La primera teoría es que la fuga de gas se produjo en la cocina de Quichimbo y que hubo detonación al encender el bombillo eléctrico. La segunda es que la fuga se originó o llegó hasta la cocina de Bueno y allí se produjo un fogonazo, que derribó las paredes de la habitación donde estaba su suegra de 53 años.
Ramírez tampoco descarta que el hecho haya ocurrido en una tercera cocina, que estaba próxima a las dos anteriores. Él dijo que las investigaciones continuarán y que la Policía se encargará de emitir un informe definitivo, que será reservado.
Pero a los vecinos de las calles Posorja y Unidad Nacional les interesa conocer ese informe. Según Gladys Tenesaca, “no creemos que haya sido una fuga de gas por la magnitud del hecho”.
Ella es una de los 30 propietarios de los inmuebles afectados. Ayer, el Municipio de Cuenca determinó esa cantidad tras realizar un peritaje en zonas aledañas. Estas casas tienen roturas de vidrios, techos y trizaduras en sus paredes. De esas, tres tienen daños severos, pero no colapsaron.
A las 05:30 de ayer, Pedro Tenesaca ya estuvo despierto. A esa hora salió de la casa de su cuñado, José Castillo, donde se albergaron los tres miembros de su hogar. Su casa está entre las más dañadas.
“No podía dormir, solo quería que amaneciera para buscar ayuda”. Él e integrantes de las familias Castillo, Tenesaca y Arévalo visitaron al gobernador Leonardo Berrezueta, para pedir apoyo. Esperan tener una reunión hoy con el ministro del Interior, Alfredo Vera, quien llegará a Cuenca.
Otros afectados como Kleber Sarmiento prefirieron quedarse en sus casas, pese al riesgo. Su esposa Cecilia Siguenza y su hijo Gabriel durmieron donde un familiar. Él contrató un abogado para obtener una indemnización.
Según el director de Control Urbano del Municipio, Gabriel Bermeo, se prevé que el Alcalde se pronuncie hoy sobre la ayuda.