El licor, detonador de violencia

El abuso del licor no es un tema que deba pasar de largo. El Centro Ecuatoriano de Análisis de Seguridad Integral (Ceasi), del Gobierno, registró que el 6% de homicidios y el 5% de violaciones están asociados con el consumo de alcohol. En el 62% de crímenes se usó armas de fuego. El 57% de casos ocurrió entre sábado y domingo.

El nuevo Código Orgánico Integral Penal considera agravante consumir licor de forma premeditada con el fin de cometer una infracción o de preparar una disculpa (art. 37). Sin embargo, esa norma también libra de responsabilidad a quien hubiera consumido de forma fortuita, de modo tal, que le prive de conocimiento. ¿Cómo definir la premeditación o el azar en el consumo? No es claro.

Que el consumo de bebidas alcohólicas tiene anclajes culturales es cierto; pero su incidencia en las riñas, en la brutal violencia intrafamiliar, da cuenta de la carencia de una política integral, que no solo revise los temas punitivos, sino también de salud.

Los datos del Ceasi son un insumo; otro es la última encuesta nacional sobre uso de drogas del Consep. Los estudiantes de 12 a 17 años admiten no tener dificultad para acceder a licor en las tiendas.

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