El joven agredido con fuego en Guápulo recibió tercera cirugía

EL COMERCIO Una reunión con los vecinos.  Moradores y policías de Guápulo   se reunieron la mañana de ayer para hablar sobre  los hechos del sábado.

EL COMERCIO Una reunión con los vecinos. Moradores y policías de Guápulo se reunieron la mañana de ayer para hablar sobre los hechos del sábado.

La habitación de David M. está intacta. En su casa, ubicada en el centro-norte de Quito, sus familiares decidieron conservarla tal como él la dejó el pasado viernes en la mañana, cuando salió a trabajar. Esa noche, después de la jornada, David y su compañero de trabajo Joffre R., fueron a divertirse sin imaginar que serían víctimas de un ataque con fuego en la plazoleta de Guápulo.

Su padrastro, Juan Carlos C., recuerda que esa mañana su madre le preparó como siempre el desayuno y le dio su bendición. Se vistió, se despidió de su esposa y su pequeña hija de 1 año y medio con un beso en la frente y se enrumbó a la empresa en donde laboraba un año como laminador de tarjetas de crédito.

Este lunes será una semana de su muerte. Sus vecinos lo recuerdan como un joven tranquilo, hogareño y responsable. “Nunca lo vi en problemas, se dedicaba a su familia después del trabajo”, contó una de las moradoras. Le gustaba ver el fútbol barrial y salir a jugar con su hija en el parque que está detrás de su casa los domingos. “No tenía mucho tiempo, pero cuando estaba en casa era un padre y esposo muy cariñoso”.

La madrugada del sábado, los uniformados de la Unidad de Policía Comunitaria de Guápulo y de La Floresta encontraron a los jóvenes en llamas a cuatro metros del retén. En Guápulo nadie habla con certeza sobre el estado en que estaban ni sobre quiénes los agredieron. Este caso forma parte del 47% de muertes violentas que ocurren en horas de la madrugada, según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC). La mayor cantidad de homicidios se registra los fines de semana y entre enero y mayo se reportaron 96 casos.

¿Pero cómo llegaron los jóvenes al lugar? Moradores de Guápulo dicen que los vieron correr sin ropa hasta la plazoleta. Llamaron al 911. “El organismo de socorro no los ayudó porque dijeron que estaban en estado etílico y que no los recibirían en el hospital”, afirmó ayer la vicepresidenta del barrio, Carmen Ayala. En la UPC trabajan ocho policías, dos de ellos están de vacaciones. Operan con un vehículo y una moto.

Este hecho generó críticas de organizaciones que trabajan en temas de seguridad ciudadana. Marcha Blanca emitió ayer una carta para el alcalde Augusto Barrera y para el comandante del Distrito, Juan Carlos Rueda. En esta exigen “información verídica” sobre cómo operan las UPC. En el 2011 este organismo denunció la falta de control de los proyectos de seguridad.

“Nos interrogamos si acaso es un engaño a los ciudadanos cuando se informa que mediante acuerdos entre el Municipio y la Policía Nacional se ha convenido que en cada UPC trabajen ocho policías asignados y se nos asegure que siempre habrá policías presentes en dichas unidades”, reza el comunicado firmado por su presidente, Raúl Franco.

El sábado, David M. ingresó al hospital con el 90% de quemaduras de cuarto grado en su cuerpo. Joffre R. con el 40%, sobre todo en las piernas. Ayer recibió una tercera intervención. Le realizaron curaciones y los médicos informaron a sus familiares que deberá seguir en tratamiento hasta que las heridas sequen para poder reconstruirle los tejidos y evitar que pierda sus piernas.

“El médico dijo que ha mejorado en estos días y debido a que no circula la sangre hasta sus dedos, sí podría perderlos”, dijo su hermano afectado por la noticia. El miércoles habló con mi papá -contó- y a él le dijo que los subieron a un taxi después de tomar unas cervezas. “No sabe quiénes fueron y por qué les hicieron eso”.

Luego de cinco días del ataque, la Policía Judicial recogió pistas y recorrió el lugar. La noche del jueves, una fuente de la Comandancia notificó a este Diario que dos personas fueron retenidas para realizar las investigaciones. Sin embargo, ayer el general Rueda afirmó que no había recibido ningún reporte al respecto.

Los familiares de las víctimas están desesperados. Piden a las autoridades que los hechos se aclaren y el caso no quede en la impunidad. “La investigación avanza lento y hay hechos que son confusos que necesitamos que la Policía los investigue, cosas así no deben darse”, dijo el padre de David. Los resultados de sus exámenes forenses estarán listos hasta el lunes. Así le informaron en la Fiscalía, a cargo del caso.

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