Jorge Gabela ya pasó por dos operaciones

El paciente Jorge Gabela Bueno se está recuperando de la intervención quirúrgica a la que fue sometido el miércoles pasado. Eso decía el parte médico que envió ayer Jorge Hurel, subdirector técnico de la Clínica Sotomayor del Hospital Luis Vernaza, en Guayaquil.

“La condición del paciente sigue siendo crítica, pero estable”, completaba el escueto escrito. Cada día se emite un parte sobre la situación médica del ex comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), quien la madrugada del domingo 19 recibió un balazo a la altura del cuello.

Hasta ahora ha sido sometido a dos operaciones y lo mantienen en cuidados intensivos. Se conoció que el objetivo de la última intervención quirúrgica fue estabilizar su columna vertebral, la que fue lesionada con el disparo. Un grupo de neurocirujanos participó en la operación.

Mientras la Fiscalía de Samborondón continúa con varias diligencias como parte de la investigación para establecer responsables del disparo que recibió afuera de su domicilio, en la urbanización Tornero del Río, vía Samborondón. A las 02:00, su hija Sofía llegaba a casa y supuestamente uno de los ocupantes de un vehículo particular, que la seguía, disparó en contra de Gabela.

La noche del miércoles se realizó la reconstrucción de los hechos en la casa. La diligencia comenzó a las 19:00 y duró hasta las 21:00. El fiscal de Samborondón, René Astudillo, llegó con miembros de Criminalística de la Policía Judicial. Él aclaró que en estas labores no están involucrados miembros de las Fuerzas Armadas, a pesar de que Gabela es un general retirado.

Al finalizar la gestión, Astudillo explicó que Gabela no alcanzó a proteger a Sofía porque fue impactado por la bala mientras bajaba las escaleras de su casa. Desde allí cayó al piso. Aclaró que el conserje ejerció como portero esa madrugada porque desde las 17:00 del sábado pasado se había despedido a la compañía privada que les brindaba seguridad. “Él no tiene ningún tipo de preparación en defensa ni militar”.

El conserje aceptó haber confundido una seña que le hizo Sofía. Creyó que ella indicaba que dejara pasar a quienes la seguían. Dijo que no logró ver los rostros de los victimarios, “solo dos bultos”.

Además, el fiscal mencionó que en la tarde del martes, la otra hija Anaís se presentó a rendir su versión. También asistió un vecino, quien habría disparado al aire, esa madrugada, cuando escuchó los gritos de Sofía. Esta persona entregó su arma y está siendo analizada por los peritos de Criminalística, según Astudillo.

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