Hay dos detalles que se conocen con certeza: que fue un disparo en el cráneo, de atrás hacia adelante, lo que le quitó la vida a Segundo R., de 31 años, y que en el auto en el que se encontró el cadáver había una bala calibre 38.
La Policía investiga la muerte y busca pistas para dar con los responsables del asesinato del hombre oriundo del cantón Saquisilí, provincia de Cotopaxi, quien según su esposa trabajaba conduciendo un taxi informal, un vehículo Corsa, color plata. En ese mismo vehículo fue hallado sin vida la madrugada del domingo.
Cerca de 120 personas viajaron casi tres horas desde el pueblo de Guanto Grande (Saquisilí) hasta la morgue de Quito para apoyar a la familia de la víctima y para pedir justicia a las autoridades.
Segundo era líder de la comunidad en la que residen 400 habitantes. Mujeres con niños en brazos, adultos mayores y jóvenes esperaban sentados en las veredas a las afueras de Medicina Legal, para conocer algún detalle sobre el asesinato.
Entre ellos estaba Rocío J., de 31 años, esposa de la víctima. En silencio, con un sombrero café que cubría parte de su rostro sostenía de la mano a sus dos hijos de 7 y 9 años. Uno a cada lado, los pequeños miraban las lágrimas de su madre, escuchaban sus sollozos, y sin decir nada, la abrazaban.
Rosa C., vecina de la comunidad de Saquisilí, contó que Segundo acostumbraba a visitar el pueblo todos los fines de semana. “Él venía siempre sonreído, feliz, alegre. Todos lo queríamos mucho, por eso vinimos acá. Pedimos que se investigue y se haga justicia”.
Según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, de enero a noviembre de este año, en Quito se han registrado 192 asesinatos. Mientras que en el mismo período del año pasado, hubo 209 delitos.
Segundo y su familia llegaron a la capital hace casi tres años. Él se dedicaba a hacer carreras en su auto y su esposa compraba chatarra. Vivían en el sector de El Inca. La última vez que su mujer lo vio con vida fue la noche del domingo. “Pasamos todo el día juntos y a eso de las 20:00 me dijo que se iba a poner gasolina en el carro. No volvió. Llamé al celular pero no contestaba”, dijo con voz entrecortada Rocío.
El cuerpo fue hallado en el cruce de las avs. De los Eucaliptos y Eloy Alfaro. Según el reporte policial, la madrugada del domingo los vecinos de la zona escucharon que un auto derrapó en la vía. Cuando se asomaron a la ventana, vieron al auto estacionado, con las luces encendidas y la alarma activada. En el asiento trasero había un bulto. Llamaron a los uniformados, quienes confirmaron la muerte. Lo único que los asesinos se llevaron fue la billetera de la víctima y las llaves del vehículo.
La frase
‘Toda la comunidad está dolida. Segundo era nuestro líder’ / Jorge Llumitagsi Amigo de la víctima