Solo por su persistencia, Héctor M. y Manuel F. (nombres protegidos) consiguieron que sus casos no quedaran entrampados en el sistema de la justicia ecuatoriana. Sin embargo, ambos tuvieron que insistir casi todos los días ante uno y otro funcionario de las diversas instancias judiciales para evitar ser una víctima más de la impunidad.
Farith Simon, catedrático del Colegio de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito, advierte que “no existe sistema jurídico en el planeta capaz de responder al 100% de los casos. El problema de Ecuador es que aquí los niveles de respuesta son mucho más bajos”.
De acuerdo con las estadísticas de la Fiscalía General del Estado, de las 107 768 denuncias sobre delitos penales registrados entre enero y septiembre del 2010, únicamente el 11,42% pasó a indagación previa y apenas el 5,9% terminó con dictamen.
Tras la muerte de su sobrino Darío M., de 21 años, Manuel F. experimentó peripecias en la Policía Judicial, Fiscalía y Corte de Justicia. Se empeñó en que se castigue al delincuente que atacó con arma de fuego y causó la muerte de Darío, en el 2009.
En cambio, a Héctor M. , carpintero de 59 años, intentaron robarle su vehículo Jeep Cherokee, modelo 1985, de su vivienda en Carapungo (norte de Quito). El 26 de noviembre, a las 03:00, se dio cuenta a tiempo que tres presuntos delincuentes se llevaban su auto. Pero a dos cuadras de su casa logró que lo abandonaran.
Mas como había alertado a la Policía, los uniformados que acudieron al lugar insistieron en llevarse al carro a los patios de la institución. Eso le significó a Héctor M. hacer trámites durante más de un mes en la PJ, Fiscalía, Criminalística y más. Únicamente para los análisis y resultados de la evaluación técnica del chasís. “Si no fuese una herramienta de trabajo que tanto necesito, no insistiría tanto”, confesó.
La falta de rapidez en la atención y los trámites engorrosos constituyen una de las razones por las que la gente prefiere abandonar las denuncias, según Mónica Sánchez, directora de la Fundación Marcha Blanca. Esta organización se formó en el 2002 para exigir que los casos no queden en la impunidad.
Lo peor es el miedo a que el delincuente tome represalias contra quien lo denunció. Aunque eso no detuvo a Manuel F. hasta conseguir que el culpable de la muerte de su sobrino fuese sentenciado, ahora teme que al salir de prisión el delincuente intente agredirle, ya que lo reconoció durante las diligencias y audiencias.
Simon señala que la impunidad se agrava por la falta de colaboración de las víctimas de algún delito, por la corrupción de jueces, policías y fiscales, métodos de investigación deficientes y más.
No solo los anuncios coyunturales y retóricos sobre medidas, sino de acuerdos nacionales de actuación y respuestas inteligentes, tomando como ejemplo lo hecho por otros países.
Medellín, por ejemplo, fue capaz de reducir la criminalidad y de alguna manera reparar la confianza de la gente en el sistema de justicia. Para eso se movilizó a la gente, mejoró sistema de juzgamiento, política de baja tolerancia al delito, dotó de mejores recursos a la Policía y otros.
En la región, Uruguay, Chile y Costa Rica son los países que más alta credibilidad de justicia presentan. En el sistema chileno, por ejemplo, ocho de cada 10 denuncias reciben algún nivel de respuesta institucional. En Ecuador, es de 3,5 por cada 10 casos.
En Ecuador, de 134 612 denuncias de diferentes tipos de delitos presentadas entre enero y septiembre del 2010, 18 733 pasaron a indagación previa.
Por eso el Centro de Estudios de la Justicia en las Américas también advirtió que en el 2007, por ejemplo, el nivel de respuesta de la justicia ecuatoriana apenas llegaba al 4,74% de las denuncias.
Para mejorar aquello, Marcha Blanca planteó que los delitos menores como hurto y robo sean conocidos por jueces de contravención. Y los delitos mayores pasen a fiscales y jueces penales.
Quito
Paola Bravo
Víctima de la delincuencia
‘Se llevaron laptops, CPU y monitores’El pasado 16 de noviembre, desconocidos entraron a nuestras oficinas y se llevaron tres ‘laptops’, cinco CPU y cuatro monitores. Más o menos pedimos USD 5 000. Como somos una empresa pequeña lo perdimos casi todo, pese a que otras computadoras estaban donde nuestros clientes. Pero igual debemos comprar para reponer cuanto antes las pérdidas.
Recuerdo que la persona que vino primero se dio cuenta de que se habían llevado todo. Llamó a otra persona, porque creyó que nos llevamos las computadoras, pero no fue así. Entonces, ahí constatamos que nos habían robado.
Después nos dimos cuenta que una ventana del baño se había quedado abierta. Creemos que se entraron por allí, que luego abrieron otra ventana y que sacaron todo. Por eso pensamos que esto hizo alguien que sabía qué tenemos, cómo se entra. Incluso salieron sin problemas por la puerta principal. Fíjese que aquí tenemos un portero eléctrico y también lo manipularon sin problemas. Entonces presentamos la denuncia, la Policía vino, comenzaron a investigar, pero no ha pasado nada. La última vez que recogieron mi versión fue hace dos semanas.
Los policías dijeron que volverían, hasta ahora no he recibido ninguna visita. No sé si siempre será así, pero sí han actuado un poco lentos.
La propuesta
Juan Pasquel
Dirigente del gremio médico
‘Es necesario crear trabajo’
El problemas de la seguridad ciudadana tienen relación directa con dos temas. El primero tiene relación con la necesidad de generar empleo y lo otro es la reactivación de la producción.
Esas cosas, prácticamente dan trabajo a la gente y de esa manera aumentamos la seguridad.
En cuanto a la producción, también es necesario liberar los aranceles de importación y exportación, que han impedido que las grandes fábricas e industrias se vayan del país.
Además, es primordial mejorar la Función Judicial, haciéndola más democrática. Y educar a la gente, para que sepa a dónde dirigirse. Ahora vemos que muchos afectados por la delincuencia no denuncian, porque no saben cómo hacerlo ni a dónde acudir. Es más, tienen temor de que al denunciar se les revierta la situación y se sientan amenazados por cualquier represalia.
Yo también he sido víctima del delito. Dos personas me robaron con cuchillo en mano.