En Alfredo Baquerizo Moreno (Jujan) varias personas se resisten a creer que Carlos Lama Estrada, de 59 años, político y empresario de la localidad se haya quitado la vida. Por ello el clamor generalizado en su sepelio fue que se investigue a fondo su muerte.Este cantón del Guayas amaneció convulsionado la mañana del pasado lunes. Un grupo de agricultores encontró, en un camino secundario en la ruta a la parroquia Chongonal, a unos 8 km de Jujan, un carro con un hombre ensangrentado en su interior.
Se trataba del ex primer presidente ocasional del Concejo Cantonal de Jujan por elección popular. Eso fue cuando la localidad dejó de ser parroquia de Yaguachi para convertirse en cantón.
Y aunque no hay pistas claras, la Fiscalía trabaja sobre la base de la hipótesis inicial de un suicidio. Pero no se descarta la posibilidad de un asesinato.
El fiscal Francisco Javier Manzanillas, que inició las indagaciones, dijo que se presume un homicidio. Pero, para comenzar a atar cabos en la investigación, ordenó la autopsia correspondiente y un análisis de parafina para determinar si en realidad Lama disparó el arma que le segó la vida.
Su hijo único, Carlos Lama Garcés, actual concejal de Jujan por el Movimiento Municipalista, duda de que su padre se haya suicidado. “Esa arma no era nuestra. En el carro en el que lo encontraron no había sus papeles, el celular ni el dinero. No había razones para que él se quisiera quitar la vida”.
Manuel Jiménez, presidente de la Corporación de Arroceros del Ecuador, niega que su amigo personal de muchos años haya tenido motivos para suicidarse. Y por ello instó a las autoridades y a la Policía a “investigar el hecho hasta las últimas consecuencias”. Además, añadió, al parecer el cuerpo se lo encontró con las manos juntas lo que hace dudar de la posibilidad de un suicidio.
Flor Lama, quien llegó desde el recinto Tres Postes hasta el anfiteatro del cementerio de Jujan a esperar la salida del cadáver para el velatorio, se resistía a creer que su hermano se haya quitado la vida. “No se sabe qué mismo es lo que pasó. El domingo me llamó temprano, como siempre, y no dio muestras que le estuviese pasando algo o de que algo le molestara”, comentó entre sollozos.
“Era un hombre bueno. Cuando se le pedía un favor lo hacía. A veces alguien no tenía para comer y le regalaba algunas libritas de arroz. Yo trabajé cinco años con él y ahora no puedo creer que esté muerto”, dijo doña Julia, una mujer de unos 70 años que acompañó en el funeral de Lama ayer.
Otra persona, que prefirió no identificarse, en medio de la procesión comentó que “el fallecido tenía algunas deudas”. Otros, en cambio, que se trataba de una venganza política.
Lama se retiró de las tiendas políticas hace un año, tras perder las elecciones en su segunda postulación para la Alcaldía. En el 2004 ganó con el PSC y en el 2009 no tuvo la misma surte con el Movimiento Municipalista.
A lo largo de los 2 km que separan el cementerio de la vivienda del occiso, una camioneta doble cabina blanca se situó delante del féretro. Con sus dos parlantes en el balde del vehículo se dejaban escuchar canciones del brasileño Roberto Carlos. ‘Amigo’ y ‘Un millón de amigos’ fueron los temas coreados por los acompañantes.
El ataúd pasó frente a la gasolinera Jujan y la piladora El Salvador, a la entrada de la ciudad. Ambos negocios pertenecían a Lama. Eran su fuente de ingresos.
El día anterior, en su casa, el ex empresario fue velado durante 18 horas. Hasta allí llegaron familiares y amigos de este cantón limítrofe de Guayas y Los Ríos.
La noche del lunes, en cambio, y a diferencia de más de una década, la esquina de la calle Gruta de la Virgen lució vacía. Allí, cada semana, de lunes a jueves, Carlos Lama visitaba el sector para jugar partidas cuarenta. Generalmente de 20:00 a 23:00.
Ahora, sus compañeros de juego dicen que sentirán su ausencia y que no descansarán hasta que la muerte sea aclarada.