El silencio de la ministra de Educación, Gloria Vidal, ha sido evidente. La única que en estos días ha hablado sobre el tema de drogas entre los jóvenes ha sido su viceministra, Mónica Franco. Primero lo hizo la semana pasada en Guayaquil.
Allí dio 48 horas de plazo para que los colegios definan una estrategia de vigilancia en los establecimientos. El miércoles apareció nuevamente y desde Quito planteó otros 15 días de plazo, para que los rectores y directores entreguen propuestas para mejorar “el entorno educativo”.
Ese día, Franco presentó el Instructivo para la protección de los estudiantes y aseguró que se trata de una iniciativa integral. En el documento se habla desde carnetizar a los que venden en las afueras de colegios hasta una capacitación de Antinarcóticos para profesores, alumnos y padres.
Pero un plan similar ya se presentó hace dos años en Guayaquil. Las medidas eran casi iguales: un censo a los mismos vendedores, el uso de mochilas transparentes y que la Policía escolte hasta los colegios a quienes se fugan.
¿Las medidas han dado resultados? La muerte de una estudiante (el 1 de octubre en Guayaquil) por una supuesta sobredosis de droga reveló que el consumo de sustancias ilegales está latente. Lo dicen los padres de familia y los estudiantes de secundaria.
Es más, tras cumplirse 48 horas de plazo solo 16 de 150 planteles habían presentado sus planes.
Recién ayer, la Subsecretaría de Educación de Guayaquil inició el taller Yo valgo, yo puedo. Este programa está dirigido a los docentes fiscales de la Dirección de Orientación y Bienestar Estudiantil (DOBE). Según las autoridades, es una estrategia “para prevenir la problemática de la venta de drogas en los planteles educativos”.
Juan Carlos Rodríguez, subsecretario de Educación, aseguró que se está“tratando con problemáticas sociales y los jóvenes no están aislados de aquello”. Y hasta habló de no abandonar los temas. “Lo importante es que exista seguimiento y control dentro de los establecimientos. Tenemos que agotar todos los esfuerzos para erradicar esta problemática”.
No obstante, en el plan 2012-2013 se revela que “los directores y responsables académicos, en un número importante, tienden a negar o minimizar el uso y tráfico de drogas al interior de sus colegios”. Y se advierte que “fueron muy pocos” los docentes que aseguraron que las charlas son sistemáticas. Los alumnos “indicaron que no había conversaciones o que estas eran insuficientes y no se consideraban sus opiniones”. Dijeron tener la necesidad de obtener más información sobre estos temas.
Esta vez, las autoridades dijeron que las medidas adoptadas no solo están relacionadas a la muerte de la menor, en Guayaquil.
A más del Instructivo, en el país también existe el Plan nacional de prevención integral de drogas 2012-2013. Este documento está firmado por la Procuraduría, el Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas y siete ministerios, entre ellos el de Educación.
¿Se cumple este plan integral? Este Diario comprobó que en los colegios las iniciativas de prevención son casi nulas. Hay establecimientos sin programas, otros en donde se realizan tres jornadas de orientación familiar cada año o simplemente se desarrollan talleres que duran siete semanas.
En un colegio del centro de Quito, sus autoridades reconocieron no contar con un esquema preventivo. Los talleres se impartieron hasta el 2010 y el año pasado se suspendieron “para evitar saturación entre los alumnos”. Las charlas de prevención se retomarán en diciembre con base en el instructivo presentado en Quito.
Pero el Ministerio de Educación también habla de una coordinación con la Policía de menores. Y se asegura que “en situaciones más delicadas se coordina con Antinarcóticos, para lograr un apoyo y seguimiento en cuanto a los factores de violencia”.
Sobre estos temas, en el Ministerio de Educación no se aceptan entrevistas con funcionarios. En RR.PP. se advierte que la disposición es que todo sea por escrito.
¿QUÉ HIZO?
Desde la semana pasada delegó a su viceministra, Mónica Franco, para que emita disposiciones para los establecimientos.
¿Qué dijo?
Ha permanecido en silencio, pese a que en los colegios los alumnos y padres dicen que el problemas de drogas está latente.
¿Quién es?
Es Ministra de Educación. Catedrática de Segunda Enseñanza con especialidad en Lengua y Literatura (Universidad Católica).