Uno de los factores para el incremento de la delincuencia es la falta de fuentes de empleo. Eso obliga a las personas a delinquir o a unirse a bandas organizadas.
Por eso es necesario que el Gobierno fortalezca las opciones laborales para los jóvenes y para quienes lo requieran. La solución no es solo aumentar las penas o darle más armas a la Policía, aunque a veces es necesario hacerlo debido a que los delincuentes cada día se organizan mejor y se tecnifican. No obstante, lo único que se lograría con eso es combatir a la inseguridad con más violencia.
Una alternativa para afrontar a la inseguridad es enseñar a la población a trabajar en una cultura de paz. Lo ideal sería después generar más fuentes de empleo.
Además, las personas privadas de la libertad podrían aprender a hacer producir a la tierra. A ellos se los ayudaría con la creación de granjas penitenciarias en las que se siembren productos de primera necesidad. También se pudiera trabajar en forma conjunta con los profesionales agrónomos para que los ex internos produzcan y los profesionales no se vayan del país.