El traje color turquesa con hilos dorados, que Guadalupe Larriva vistió el día de su posesión como ministra de Defensa (15 de enero del 2007), ocupa un lugar especial en el ropero de Priscila Ávila.
Ella tiene 32 años y es hija de quien se convirtió en la primera mujer en estar al frente de las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Acaricia la falda y el saco con delicadeza y dice que aún puede sentir su aroma. El día de la entrevista con este Diario, llevaba en el cuello un elegante collar azul, también de su madre.
Afirma que la vida de las familias cuencanas Larriva-Ávila cambió a partir de la noche del 24 de enero del 2007. Se vistieron de luto por la muerte de la funcionaria y de su hija menor, Claudia Ávila, de 16 años. Desde esa fecha empezó su periplo de cincos años y siete meses en los juzgados y tribunales del país.
¿Qué pasó con este caso? El 24 de agosto último, la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) emitió el fallo tras resolver un recurso de casación, que se conoció en las últimas horas.
El recurso legal fue presentado por las familias de las víctimas, en el 2008, bajo la figura de Responsabilidad Objetiva en contra el Estado. Esto, por los daños causados a las personas que empleó en el servicio público y la falta de aplicación de las normas vigentes dentro de sus organismos.
La resolución consta de 30 páginas y tiene dos fallos. Uno de mayoría (de los jueces Álvaro Ojeda y Maritza Pérez) que acepta parcialmente la demanda. El otro de minoría (José Suing) declaró sin lugar al juicio. El día de su muerte, Guadalupe Larriva llevaba apenas nueve días al frente del Ministerio de Defensa.
Para los jueces Ojeda y Pérez existe responsabilidad objetiva de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) o falla del servicio público, pero únicamente en el caso de Claudia Ávila. “Las FF.AA. colocaron a la menor en una situación de riesgo de naturaleza excepcional, que ella de manera alguna tenía la obligación de soportar”, señala el documento de la Corte.
Por eso, se ordenó al Ministerio de Defensa Nacional el pago de USD 150 000 de indemnización para las tres familias demandantes: abuelos paternos y maternos y sus hermanos (Rodrigo y Priscila Ávila Larriva).
En el caso de la ex Ministra, la resolución señala que “ella voluntariamente se expuso al riesgo que conlleva trasladarse en una herramienta de guerra, en plena demostración de ejercicios bélicos, autorizando, además, el traslado de su hija”. En el fallo no se fija ningún tipo de sentencia.
Al principio, las tres familias plantearon esta demanda por USD 4 millones. Pero la sentencia del Tercer Tribunal de lo Contencioso Administrativo de Cuenca (jueces Alejandro Peralta, Hernán Monsalve y Patricio Cordero) fijó el pago de USD 1 millón por cada fallecida.
Los familiares tampoco aceptaron ese fallo. Ellos todavía guardan el recuerdo de la madre y de su hija. Priscila y Rodrigo vendieron la vivienda de su madre, pero conservan las pertenencias en los hogares de las tres familias.
La decoración de las paredes y estantes de la casa de la hija mayor, ubicada en el sur de Cuenca, llevan la marca de los tejidos y cuadros elaborados por Larriva.
“Ellas fueron mujeres extraordinarias, alegres, detallistas… y la ausencia de ellas carcome nuestras vidas”, narró Priscila.
La sala es su lugar preferido. Cuando no puede dormir se refugia en los muebles que también eran de su madre y piensa en ellas. Se quedó con los floreros, tapices, adornos, butacas y bisutería de su madre como recuerdo.
En cambio, su hermano Rodrigo, que vive fuera del Ecuador, tiene los cuadros de paisajes. Ella levanta su mirada y solo encuentra fotografías de Guadalupe y Claudia con sus particulares sonrisas, rodeadas de gente, familiares, amigos, conocidos, políticos…
“Veo a las compañeras de Claudia en la calle, como profesionales, e imagino a mi hermana como la ingeniera en Marketing y Publicidad que quiso ser”, dice.
Las responsabilidades
La sentencia de la Corte Nacional de Justicia señala que la Procuraduría del Estado debe iniciar las acciones de repetición en contra de aquellos funcionarios que tuvieron responsabilidad en la tragedia. Es decir, iniciar un juicio para que esos montos los paguen los responsables directos.
Los Larriva-Ávila presentaron a través de su abogado, Víctor Granda, un recurso de ampliación de la sentencia en la misma sala de lo Contencioso Administrativo. Lo hicieron porque no están de acuerdo con el fallo.
En esa dependencia se analizan las inconsistencias que ellos consideran dentro del caso. “De la respuesta que se dé a este trámite, las familias resolverán si acogen el fallo o lo responden a través de una acción extraordinaria de protección”, sostiene Granda.
Otra parte de la sentencia obliga a que el Jefe del Comando Conjunto, en su calidad de máxima autoridad militar, envíe a los familiares de Claudia Ávila una carta en la que se indique que se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias en las diferentes ramas de la Fuerzas Armadas para evitar que un accidente similar vuelva a ocurrir.
Este Diario se contactó ayer con portavoces de Comando Conjunto, pero señalaron que “cualquier resolución sobre este tema debe ser emitida por el Ministerio de Defensa”. Hasta el cierre de esta edición, esa Cartera de Estado tampoco se pronunciaba. En el departamento de Comunicación se dijo que el ministro Miguel Carvajal se hallaba en reuniones.
El juez José Suing, que salvó su voto en el fallo de casación, señaló en la sentencia que el accidente se produjo por un choque de dos aeronaves artilladas. Añadió que los informes de las investigaciones revelaron que las causas del percance serían fallas humanas, atribuidas a los militares que participaron en estos hechos.
Un blog para recordar a Claudia
La última imagen de Claudia Ávila, quien murió junto a su madre, Guadalupe Larriva, la captó una cámara de TV antes del accidente. Lucía una larga cabellera y un saco blanco. Era la tarde del 24 de enero del 2007. Claudia acompañaba a su madre en sus actividades, como Ministra, en Manabí. Ella tenía 17 años.
En la web, aún existen fotografías de la joven en sus años de colegio. Una de ellas se encuentra en el sitio guadalupelarriva.galeon.com. Su prima, María Angélica Larriva, abrió ese blog para homenajear a la joven y a su madrina, la ex Ministra de Defensa.
Claudia aparece allí también con su larga melena y una chompa gris. No sonríe ante el lente.
Su prima recolectó noticias, la biografía de Larriva y dedicó un espacio a los comentarios para sus familiares. Uno de ellos dice: “Claudia, su última hija, vino de 12 años (a Quito) y no quería dejar Cuenca… pero por su mamá lo hizo cuando perdió la última elección y no fue reelegida diputada (en Cuenca)”.
El relato agrega: “Claudia ya no quería regresar (a su ciudad) y se quedó con su progenitora hasta la muerte. Era su compañera de todo acto… Siempre juntas”.