A Washington Sarmiento no hay quién le consuele. El hombre se sienta sollozando cerca de los ataúdes cafés que guardan los cuerpos de dos de sus familiares. Ellos murieron, el pasado domingo, en el accidente del bus de la cooperativa Turismo Occidental.
El vehículo cayó en un barranco de 100 metros, en el sector de Yambo, a un kilómetro y medio antes del peaje de Panzaleo, en Cotopaxi. Allí fallecieron 38 personas y 12 quedaron heridas.
Washington, de 45 años, perdió a su hija Tatiana, de 6 años, y a su ex conviviente, Luz María Chimborazo. Desde las 02:00 de ayer esperó en los exteriores de la morgue del Hospital de Latacunga, para llevar los féretros hacia al cantón Biblián, en Cañar.
Dice que el sábado, a las 21:00, se despidió de su niña. Ella viajaba a Quito para visitar a un padrino. “Te quiero mucho papito, no te preocupes que regreso”, fueron las últimas palabras de la infante, antes de subir al bus.
Sarmiento explica que se enteró del accidente a las 14:30 del pasado domingo. Su hermano le comunicó del hecho. Por eso, decidió venir a Latacunga en su camioneta con balde de madera.
En la Unidad de Investigaciones de Accidentes de Tránsito (UIAT), de Cotopaxi, una de las hipótesis es que el accidente sucedió por el exceso de velocidad.
Eso provocó que el vehículo chocara en el muro metálico, ubicado en la cuneta, y 100 metros más allá cayera al abismo.
“El muro no resistió el impacto, falta mejorar señalización en el sitio. Es indispensable dibujar en el asfalto flechas que hagan visible en la noche esta curva”, afirma Danilo Freire, jefe de la UIAT.
Freire asegura que el bus de la Cooperativa Occidental pasó la revisión de Cuencaire, encargada del control vehicular en Cuenca.
Se investiga la procedencia de la carrocería y el chasís, puesto que no resistieron el impacto y aplastaron a los pasajeros.
Ayer, a las 11:30, Washington y otros familiares trasladaron tres féretros (también de otro familiar cuyo nombre no se conoció) en el vehículo. “Las autoridades deben controlar el estado de los buses. Me quedé sin mi hija”, sostiene, mientras un centenar de personas esperaba a las ambulancias del hospital para trasladar los féretros con sus familiares hacia Azogues y Cañar.
Manuel Chauca fue uno de ellos. Llegó a las 06:00 desde Quito. Su hermano Martín, de 35 años, y su esposa murieron en el accidente, no así su sobrina que ayer cumplió cuatro meses de nacida. “Es un milagro que Erika esté viva”, dice entristecido. El estado de la pequeña es reservado.
Siete de los 12 heridos se recuperan en diferentes casas de salud de Latacunga, Salcedo, Ambato y Quito.
José Izurieta, director de Salud de Cotopaxi, dice que ellos se encuentran estables. Además, un cuerpo aún no está identificado.
En Ambato, cuatro personas heridas se recuperan. Gabriel Llano, de 8 años, está asilado en la Clínica Durán. Él ingresó con politraumatismos en el cuerpo.
Ayer fue operado de su pierna derecha. Los bomberos le rescataron. Gabriel y su hermana, Catherine Llano, viajaban en los asientos 10 y 11. En los siguientes, sus tíos: John Recalde, Marisol Reinoso y su hermano, Miguel Llano, fallecidos. Ellos fueron velados ayer en Quito, en la Funeraria Nacional de la Alonso de Angulo y Teniente Ortiz. Gabriel vivía en Sígsig y estudiaba en Quito.
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Rueda de prensa de la Policía sobre trágico accidente en Yambo