Eran las 04:50. Felipe Y. trotaba en la intersección de las avenidas 10 de Agosto y República, en el norte de Quito. De pronto, un desconocido salió detrás de un poste con intenciones de asaltarlo. “Al verlo, aceleré el paso para que no me alcanzara, pero tres metros más allá apareció otra persona que me apuntó con una pistola y tuve que darles todo lo que tenía”, relata. Los ladrones se llevaron una mochila, dinero, teléfono celular y un pulsómetro (aparato para medir las pulsaciones del corazón al hacer ejercicio).Según la víctima, los robos a quienes practican deportes en la mañana y a partir de las 18:00 se constituyen en un problema en parques y otros lugares abiertos.
El mapa de inseguridad del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC) señala que los asaltos a personas se reportan con mayor frecuencia en el norte de Quito (ver cuadro).
Precisamente, esa zona abarca el parque La Carolina, en donde entrena Felipe Y. En el 2010 y enero de este año, la encuesta de victimización del OMSC reportó 5 302 denuncias de atracos a personas. De estas, 488 se registraron en la madrugada y 919 en la mañana. En esa cifra se incluyen a quienes salen a trotar, montar bicicleta, a patinar y transeúntes.
Para Daniel Pontón, del OMSC, los robos a deportistas se presentan con mayor frecuencia en horas de la mañana y madrugada debido a que la gente aprovecha esas horas para ejercitarse.
A su juicio, eso significa que “el número de asaltos a deportistas no es significativo frente al universo total de robos”. Además, el estudio indica que el 67,3% de ilícitos sucedió en la calle o vía pública, el 3,9% en parques u otros, el 11,1% en los servicios de transporte público y el 17,7% en otros lugares.
Silvio Dávila, jefe de la Unidad de Delitos contra la Propiedad de la Policía Judicial (PJ), señala que las bandas dedicadas a robar a atletas operan entre dos y tres personas. “Muchas veces son agrupaciones de hasta 15 individuos que actúan en varios sectores de un lugar determinado. Unos fingen que salen a trotar para observar a las víctimas, mientras que otros se sientan en las bancas simulando que descansan, pero cuando alguien se acerca saltan con cuchillos para atracarle”.
El uniformado agrega que hace seis meses, se implementó un grupo especial de uniformados destinado a dar seguridad, por ejemplo, en La Carolina. Este funciona con cuatro motocicletas, seis bicicletas, un cuadrón y un patrullero. “Se reforzó la seguridad, porque habían muchos asaltos a los deportistas”, indica. Por eso, “los robos a los atletas en los parques La Carolina y Lineal (sur) se han reducido”.
Felipe Y. admite que en La Carolina los robos han disminuido. Pero, dice que los atletas no se sienten seguros completamente.
Agrega que las zonas más vulnerables de ese sector son la Tribuna de los Shyris, el sitio donde se encuentran las canchas de fútbol y en los alrededores de la laguna. “Por eso, lo recomendable es salir a trotar en grupos, no llevar objetos de valor en los bolsillos y trotar con precaución, es decir, sin distraerse”, manifestó.
Cristian Medrano, miembro de la organización Andando en Bici Carajo, sostiene que los robos de bicicletas ocurren bajo dos modalidades. “Los delincuentes primero se fijan en las que se encuentran parqueadas. La segunda es que las roban mientras los deportistas las manejan. En la última utilizan la violencia para intimidar a las víctimas”.
Medrano cuenta que quienes utilizan bicicleta para movilizarse en la ciudad han sido atracadas por grupos de más de dos personas. “Autos o camionetas paran, cierran el paso al deportista, le apuntan con pistolas y le roban”.
Testimonio – ‘Un hombre se acercó a mí, sacó un cuchillo y me robó’
Los ciudadanos estamos desprotegidos totalmente y nadie hace nada por controlar la delincuencia, todos son discursos para tratar de calmar a la gente. A mí me robaron dos veces después de terminar mi trabajo y en ambas ocasiones el perjuicio fue grande.
La primera vez ocurrió en las calles Juan Jaramillo y Borrero, en el Centro Histórico de Cuenca.
Era de noche y terminaba de hacer unas fotografías en un evento cultural y cuando me iba a mi casa, un sujeto se acercó y al descuido me arranchó la mochila donde tenía la cámara, un iPod, una billetera y otras cosas.
El ladrón se fue corriendo y no pude hacer nada. Al día siguiente coloqué la denuncia en la Policía Judicial, sin embargo nunca supe el paradero del ladrón, ni de las cosas que me sustrajeron.
Puse la denuncia porque la cámara costaba más de USD 800 y tenía entendido que los robos mayores a 600 debían ser denunciados. No supe nada del tema.
Hace unas dos semanas, otra vez me atacaron los delincuentes. Esa vez fue en la avenida Fray Vicente Solano (Cuenca), junto al Colegio Benigno Malo cuando me iba a la casa después de cumplir con mis tareas en el trabajo.
Recuerdo que en esta ocasión el robo se dio tipo 20:00 y un hombre se acercó a mí y sacó un cuchillo de unos 25 centímetros y me dijo que le dé todo porque si no me mataba. Yo me asusté mucho.
A esa hora este sitio es oscuro y desolado y los pocos transeúntes se hacen los desentendidos por temer a represalias y no ayudan cuando ven estas cosas.
A cada momento me amenazaba con el arma y tuve que darle mi Blackberry. Creo que esa vez corrí con suerte, porque apenas le di el teléfono se alejó y yo corrí porque ya se acercaba el otro cómplice para quitarme más cosas.
Me salvé de los tipos porque también llevaba mi cámara fotográfica y otras cosas en mi mochila. Casi de inmediato llamé a la Policía y me dijeron que iban a enviarme un patrullero en 10 minutos, pero pasaron más de 30 minutos y nunca llegó y mejor decidí irme a la casa.
No puse denuncia alguna, porque más bien es una pérdida de tiempo ya que no se recupera nunca lo robado. Ahora salgo con temor a trabajar en las noches porque la delincuencia cada vez está más avezada en Cuenca.
Tengo más precaución cuando camino solo, utilizó algún transporte público o pido que mis amigos me vayan a dejar en mi casa. Incluso por el miedo ya no quiero salir en las noches y pido a mis jefes que faciliten el transporte si tengo que cumplir alguna tarea.
Consejos
Al conducir, evite colocar sus pertenencias sobre los asientos. Estos podrían llamar la atención y originar que rompan los vidrios de su auto. No deje objetos de valor a la vista cuando el vehículo esté estacionado; guárdelos en la cajuela. Nunca deje a los niños solos y procure no portar documentos que indiquen su lugar de domicilio.
Antes de abordar su auto, verifique que nadie se encuentre dentro o debajo del mismo. Retire cualquier tipo de publicidad que haya sido dejada en el parabrisas, esta puede hacer que usted tenga que descender del vehículo una vez ya encendido. Ya adentro, no demore en ponerse en movimiento.
Porte las llaves del auto en la mano previamente y cerciórese que nadie lo siga. Si detecta alguna falla o una llanta pinchada en su vehículo, tenga cuidado, pudo ser hecha por alguien para ofrecerle ayuda y estafarlo o asaltarlo. Acuda a un lugar seguro y opte por solicitar asistencia desde el celular.