En el medio de la plataforna, los traficantes construyeron 10 compartimentos de metal y madera donde camuflaron 250 kilogramos de cocaína. La droga ingresó al país por la frontera norte y, según la Policía, se presume que es el mismo cargamento que los uniformados Marco G. y Darwin Anrango (fallecido) vigilaban cuando fueron embocados por narcos, la madrugada del 19 de marzo en Píntag (suroriente de la capital).
Luego del ataque a los agentes, los agresores huyeron y abandonaron la plataforma en Cutuglagua (sur de Quito). En las investigaciones se determinó que esta contenía 10 paquetes de cocaína, que costaría USD 250 000.La droga destinada al consumo interno de la capital y la que se comercializa de forma ilegal en el exterior, ingresa por la frontera norte (Colombia). Un agente del Servicio de Investigaciones Antinarcóticos (Sian) explica que, por vía terrestre, las rutas que utilizan los narcotraficantes son dos.
La primera es Lago Agrio (Sucumbíos), la Y de Baeza (Napo), Papallacta (Pichincha) y Quito.
La otra es el Coca (Orellana), atraviesan el kilómetro 24 y Tena.
Desde allí se trasladan al Puyo y finaliza en Ambato, desde donde pueden moverse a Quito o Guayaquil. Precisamente, Darwin Anrango y Marco G. fueron atacados en Píntag, un pueblo ubicado en una de las rutas de la droga.
Una encuesta realizada por el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana identificó a 12 barrios de la capital como los de mayor incidencia en la venta de narcóticos (cuadro). Uno es La Ofelia, en el norte, donde los moradores relatan que desconocidos venden drogas por las noches.
Las personas que viven en la calle Bellavista (vía principal del barrio) aseguran que los expendedores se esconden en el mercado. “Parece que no hacen nada, pero ahí están”, señala una mujer. Otra vecina cuenta que los vendedores de alcaloides se esconden entre los comerciantes del mercado.
Un policía hace una revelación: “Lo que nosotros tenemos es un microcorreo. Muchas de estas personas en un inicio fueron consumidores y saben cómo funciona el negocio callejero. Al no tener un trabajo seguro, ellos ven en la venta drogas una forma de generar altos réditos altos”.
En la Policía se conoce que hay dos grupos de expendedores callejeros. En el primero operan quienes tienen la cantidad suficiente de dinero y conocimientos para ir a la frontera a adquirir la droga para venderla en la ciudad. Otro investigador cuenta que en la frontera se puede adquirir un kilogramo de cocaína por USD 1 500, el cual es mezclado con otras substancias como cemento blanco o maicena. Así, los vendedores de narcóticos aumentan la cantidad del producto y las ganancias .
“Las personas que se dedican a traer droga desde las fronteras, la preparan para el consumo interno. Al igual que cualquier distribuidor, existe una bodega y en esta hay personas que se encargan de distribuir en la ciudad para los vendedores al menudeo”, dijo.
Según la Policía, es difícil dar con el paradero de las bodegas porque “no se puede obligar a los pequeños expendedores a que indiquen la ubicación de estas. Ellos se declaran como consumidores cuando son encontrados con pequeñas cantidades”.
El otro grupo, en cambio, lo integran las personas que no tienen los recursos económicos, pero “sí conocen en la ciudad a alguien a quien pueden proveerle de estas sustancias. Si nosotros les seguimos, vamos a llegar a gente que se dedica a esto y es el negocio de toda su familia”, señaló.
El año pasado, la Jefatura Provincial Antinarcóticos de Pichincha se incautó de 652,1 kilogramos de droga destinada al consumo interno. De esa cantidad, 111, 6 era cocaína, 540, 3 marihuana y 0,086 éxtasis. También hubo 480 detenidos.
En el barrio La Mariscal (norte de Quito), la venta de drogas ha marcado una disputa violenta por el control de esa zona. El 2 de diciembre, 12 extranjeros fueron detenidos por supuesto tráfico de narcóticos. Según la Policía, los aprehendidos supuestamente pertenecen a un grupo delictivo compuesto por paramilitares.
Pese a ello, un agente de la Dirección Antinarcóticos de Pichincha dice que en los barrios de Quito no hay vendedores de droga que pertenezcan a organizaciones internacionales.
Un policía que intervino en el operativo de La Mariscal, para la detención de los foráneos, dijo que los presuntos paramilitares habrían descuartizado a otro extranjero, quien era el proveedor de droga en esa zona. Además, ellos serían quienes a finales del año pasado asesinaron a ciudadanos africanos que vivían en el sector, de quienes también se dijo se dedicaban a actividades ilegales.
Para los policías, el objetivo de la organización de presuntos paramilitares era copar el mercado de venta de droga en varios sectores de Quito. Por eso, la Policía encontró en poder de los detenidos un mapa de Quito donde detallaban los puntos estratégicos para el expendio de los alcaloides.
PDF – Peso: 156KB – 12 barrios de Quito registran mayor venta de droga al por menor
¿Existe relación entre el tráfico de drogas y los chulqueros? El policía del Sian dice que los casos de narcotráfico vinculados a los prestadiarios se han presentado con frecuencia en los últimos meses. “Es otra forma de presionar a participar en las rutas internas de la droga”. Agrega que la mayoría de casos que han sucedido son de quienes llevaron alcaloides desde la frontera norte hasta Quito.
Un caso ocurrió en junio del año pasado. Un hombre fue detenido en el norte de la capital con dos kilos de cocaína que llevaba en un taxi. En la audiencia de flagrancia, él indicó que le pidieron llevar droga, porque no pudo pagar USD 1 000 que informalmente le prestó un extranjero.
Tampoco pudo cancelar USD 40 de interés que el usurero le cobraba todos los días. Argumentó que hizo el viaje para cancelar una parte de la deuda.
Los agentes detectaron otro mecanismo para llevar droga: “Las mafias se aprovechan de personas enfermas. Son (utilizadas) para el tráfico interno. Les dicen: ‘Trae estos 10 kilos de Lago Agrio a Quito y te doy USD 2 000’”.