El hombre se desmayó en la Plaza Grande al mediodía. El diagnóstico de los médicos fue que sufrió problemas de la presión por el sol y la altura. Miguel Naranjo, de 72 años, viajó la madrugada de ayer desde Chone (Manabí) hasta Quito, con sus familiares, para participar en la marcha del Gobierno.
“La presión y agitación me causaron malestar. Los paramédicos me dieron una pastilla y me siento un poco mejor”, señaló. Antes de que comenzara el discurso del presidente Rafael Correa, Naranjo dejó la Plaza con su familia. Esa fue una de las 40 emergencias que atendieron, hasta las 16:47, los médicos de la ambulancia del Consejo Provincial de Pichincha, en la Plaza Grande.
Uno de los galenos, Marco Ortiz, informó que la mayoría de casos correspondió a desmayos, insolaciones, problemas estomacales, cardíacos y de presión.
Dos ambulancias se ubicaron en la Plaza Grande, mientras que otras cinco estuvieron en el parque El Arbolito, la Plaza del Teatro, la Basílica, San Francisco y la plazoleta del Consejo Provincial de Pichincha. A eso se suma que 1167 policías se encargaron de dar seguridad a los manifestantes, quienes llegaron en autobuses desde Guayas, Manabí, Esmeraldas, Los Ríos, Imbabura, etc.
La Policía informó que ayer intervinieron 58 oficiales superiores, 70 subalternos y 1 039 clases y policías. “Nuestro objetivo es evitar que se den enfrentamientos entre los simpatizantes al Régimen y las marchas de la oposición”, manifestó el teniente coronel Fernando Proaño, comandante del Regimiento Quito 2.
En otros lugares del país el ambiente fue menos pacífico. En Tulcán, durante una marcha de protesta en contra del Gobierno, la Policía efectuó detenciones.
Ramiro Reascos, líder del Magisterio (Unión Nacional de Educadores), fue detenido, cuando un centenar de manifestantes del llamado Frente Popular salieron a las calles de la localidad.
En Quito, hasta el cierre de esta edición, no hubo detenciones. Policías de Los Chillos, La Delicia, Tumbaco reforzaron la seguridad en los alrededores de Carondelet.