El caso de la supuesta entrega de 2 000 visas ilegales a ciudadanos cubanos deja secuelas. Ayer, Eduardo Barrera renunció de forma “irrevocable” a la Dirección de Extranjería.
“Después de lo que sucedió decidí poner mi renuncia. Me siento ofendido y exhausto”, señaló a este Diario. Esto sucedió luego de que la semana pasada esa dependencia fuera allanada por disposición del Juez XXIV de Garantías Penales de Pichincha. Esa medida respondió a que -según la Secretaría de Transparencia- en una investigación hecha junto con el Ministerio del Interior se detectaron supuestas irregularidades en la entrega ilegal de 2 000 visas.
Por eso, dentro de las indagaciones, la Fiscalía receptó las versiones de 22 funcionarios, pero ninguno fue detenido. El pasado jueves, Barrera fue llevado a la Policía Judicial para que rindiera una versión sin juramento y luego quedó en libertad. La Dirección General de Extranjería no atendió al público la semana pasada.
Barrera informó que tampoco lo hizo hoy. “La institución no tiene computadores”, indicó.
Agregó que no se podía atender al público, porque las oficinas estaban intervenidas por las investigaciones. Además, porque en el operativo se requisaron seis computadoras que contenían datos sobre las solicitudes. Hasta el cierre de esta edición, ninguna autoridad se pronunciaba sobre el reemplazo de Barrera.