La seguridad es un tema complejo, multifacético. Una de sus claves debe ser la depuración de los malos elementos de la Fuerza Pública. Esto ha sido una exigencia permanente de los organismos de Derechos Humanos con el fin de contar con agentes confiables y profesionales.
Esto, hablando no solo de la técnica investigativa policiaca, sino de aquel ser humano preparado intelectualmente para intervenir en circunstancias violentas. En garantizar los derechos de todos, incluyéndolos.
Ese trabajo que hay que hacer dentro de la Policía no se agota con la entrega de recursos para compra de motos, patrullas o armas. Este trabajo se focaliza en la inversión en la calidad humana de estos funcionarios públicos.
Hay que alejarlos de los núcleos mafiosos que aún se mantienen dentro de la Policía. Este es un proceso que ha tenido sus etapas. Hay una política pública dedicada a esta capacitación, pero aún está incompleta.