Fernando Figueroa
Médico y bombero
Todos debemos cambiar la mentalidad para tener una cultura de seguridad. Hay que implementar proyectos a largo plazo para que los niños y jóvenes puedan aplicarlo a futuro. Hasta tanto, los adultos, por lo menos, debemos aplicar las normas elementales de seguridad.
El problema de la delincuencia no terminará de un día para el otro, pero sí se puede evitar alertando al resto sobre las modalidades de robo que hay en el país.
La Defensoría del Pueblo debería impulsar las denuncias de oficio cuando el delincuente es detenido por la Policía. A veces el perjudicado no lo hace, por temor, y los delincuentes siguen libres. Si uno denuncia, muchas veces debe retirar la demanda porque es amenazado y los ladrones vuelven a las calles a delinquir.
Los municipios deberían implementar una oficina para defender a la ciudadanía de la delincuencia. La gente se sentirá más segura para denunciar.
En Cuenca, el Consejo de Seguridad tiene dinero y debe canalizar esos fondos en verdaderos proyectos de seguridad, pero escuchando las propuestas de la gente.