La mejoría en la seguridad ciudadana pasa por la obligación de las personas de conocer sus derechos. Como ecuatorianos, sería importante contribuir al sistema judicial acusando todo acto delictivo. Perder el miedo a denunciar es el primer paso para mejorar el país, en materia de seguridad.
Cuando un delincuente sale a delinquir conoce bien sus derechos, pero una persona que es asaltada no los conoce. Allí radica la importancia de que el Gobierno fomente campañas de socialización.
Otro aspecto que influye en la seguridad interna del país es el flujo ilegal de extranjeros. No apoyo la teoría de que las fronteras deberían cerrarse, pero sí promulgo un mayor control de las personas que ingresan al país por cualquier sector fronterizo. Es cuestión de seguridad, no de discriminación.
Las Fuerzas Armadas también deberían incluirse en los patrullajes de ciudades y barrios del país. Si bien los militares no están capacitados para brindar este servicio, sería importante que las autoridades competentes los formen en este aspecto.
El trabajo conjunto de las dos instituciones mejoraría la calidad de vida y seguridad de los ciudadanos. Hoy, la delincuencia no mira estrato social, edad o sexo para asaltar. El trabajo conjunto entre el Gobierno, Policía, Fuerzas Armadas y ciudadanía debe ser la principal arma para combatir este mal.