Las calles aledañas la Padre Aguirre y Santa Teresita, en el Centro Histórico de Cuenca, permanecen cerrados al tránsito vehicular y peatonal desde las 18:30, por la reconstrucción de los hechos de la muerte de Juan Serrano, de 36 años, hermano del Ministro del Interior, José Serrano.
Más de un centenar de uniformados de la Policía Judicial, de Criminalística y de Inteligencia de varias ciudades del país participan en esta diligencia que empezó a las 19:30. También fiscales, peritos, abogados, 27 testigos y los cinco jóvenes detenidos por esta muerte.
Familiares y amigos de los detenidos, curiosos y vecinos de la zona se ubicaron al pie de las cintas amarillas colocadas para impedir el paso de la gente. Desde esos ángulos, al principio se gritaba consignas exigiendo justicia y transparencia en las investigaciones.
Pero estos reclamos bajaron de tono cuando los abogados de los acusados solicitaron a los presentes que mantengan silencio para evitar que se suspenda la diligencia.
Entre los curiosos solo se escuchaba comentarios de por qué no se actúa con la misma celeridad por otras muertes violentas registrados en Cuenca.
Juan Serrano murió de una puñalada en el cuello, la madrugada del 2 de septiembre pasado, tras una riña entre amigos y conocidos en la fiesta de cumpleaños de un primo materno. Los hermanos Martín y Jorge M., fueron invitados por el cumpleañero; y ellos llevaron a los otros tres amigos a la fiesta que empezó a las 20:00, del 1 de septiembre.
Según testigos, la muerte del joven se registró en el segundo patio, junto a una lavandería, de la inmensa propiedad compartida por varios propietarios. Pero la pelea habría iniciado en la casa del cumpleañero ubicada al fondo de la propiedad y siguió por los patios y pasillos interiores.
Esta diligencia judicial fue solicitada por los abogados de cuatro de los cinco detenidos, que aseguran ser inocentes. Los jóvenes arribaron a la escena del crimen en un carro blindado de la policía, resguardado por una veintena de agentes en patrulleros y motos.
También están los dos carros en los que se movilizaban esa noche los cinco jóvenes y que reposan en la Policía Judicial desde el 2 de septiembre. Una hora después del inicio de la diligencia se proyectó diapositivas de fotos tomadas por algunos testigos durante la fiesta, para fortalecer la investigación.
Entre los familiares hay tensión por temor de que al finalizar esta diligencia, los jóvenes sean trasladados a otras cárceles del país, como se pretendió la noche del pasado viernes. Según el gobernador de Azuay, Humberto Cordero, la orden vino del Ministerio del Interior y son procesos normales. Pero no se cumplió por falta de garantías de seguridad.
Es que la información se filtró entre los familiares de los detenidos y lo impidieron apostándose en las afueras de la Cárcel de Cuenca. Se conoce que la reconstrucción de los hechos les tomará varias horas porque deben evacuar el testimonio de cada uno de los 27 testigos y de los cinco detenidos. El próximo martes se cumplirá la audiencia de juicio.