Las investigaciones dieron resultados. Ayer se conocieron nuevas revelaciones en torno a las indagaciones por el crimen del empresario Fausto Malo (12 de febrero del 2011).
Durante seis meses, agentes de la Fiscalía y de la Policía Judicial (PJ) rastrearon llamadas que esa noche los sospechosos habrían realizado a través de celulares.
En el proceso de indagación fiscal se allanaron las viviendas de tres personas y allí se encontraron armas de fuego y aparatos celulares.
Hechos como estos hicieron que la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) ratificara la sentencia en contra de los desconocidos. A ellos se los acusó del crimen y los jueces le impusieron una pena de 22 años de reclusión mayor.
La muerte se registró cerca de las 04:00 de ese 12 de febrero. Ocurrió en su domicilio, ubicado en las inmediaciones de la parroquia Sayausí, este de Cuenca.
En ese entonces, familiares y policías dijeron que a esa hora el empresario celebraba su cumpleaños y que permanecía con su hermano Daniel. Antes estuvieron en la casa de otra persona.
Los primeros informes de Criminalística revelaban, a esa fecha, que hombres armados entraron a la casa de Malo y descargaron balas.
El fallecimiento se confirmó en una clínica privada.
En la audiencia de juzgamiento (19 de marzo del 2012), el fiscal Adrián Rojas hizo similares revelaciones y señaló que los tres sentenciados ingresaron a la residencia de la familia Malo “con el fin de sustraer objetos y bienes (…) Dispararon tres veces a la víctima”.