Decenas de adolescentes tenían relaciones sexuales a la vista de todos, incluso en el interior de una piscina. Cientos ingerían alcohol con un embudo, la cerveza volaba sobre sus cabezas y una lluvia de espuma mojaba sus cuerpos.
Alexis, de 14 años, recuerda que en esa ‘caída’ tuvo sexo con tres chicas cuyos nombres nunca supo. Canceló USD 5 por ingresar a esta fiesta. Fue el sábado 22 de marzo en Los Chillos, afuera de Quito.
Las caídas son fiestas clandestinas que se promocionan por redes sociales, indica Patricio Gaibor, jefe operativo en Pichincha de la Dirección Nacional de la Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen).
Para mañana, en Facebook se anuncian cinco ‘caídas’ en diferentes lugares de la capital. A una de ellas, 3 550 personas, casi todas menores de edad, confirmaron su asistencia a través de la red, esta es la principal forma de convocatoria. En un video en YouTube, 35 menores invitan a participar del ‘Rakata 4, la fiesta más grande del país’.
Alcohol, cocaína, marihuana, armas, pipas, tabacos y preservativos fueron encontrados por la Policía en una de estas fiestas. La tarde del 22 de marzo, unos 100 uniformados ingresaron a un club en donde cerca de 4 000 adolescentes practicaban el ‘perreo sucio’, un baile con movimientos sexuales.
Varios jóvenes recibieron a pedradas a los agentes, según muestran las imágenes grabadas por los mismos adolescentes y que fueron subidas a YouTube. Ese día, un patrullero policial fue destrozado por completo y 18 adolescentes fueron retenidos.
Para Gaibor, las caídas se han convertido en una tendencia “juvenil que pone en riesgo la integridad de los menores”.
Desde junio del año pasado, la Dinapen de Pichincha ha realizado, al menos, dos operativos cada mes para rescatar a los menores de los eventos.
La primera vez que Alexis asistió a una ‘farra’ fue por presión de sus compañeros.”Todos los del curso iban a ir y sobre todo un grupo de chicas”, dijo.
Daniel, de 17 años, participó en una hace más de un mes. Dijo que luego de confirmar su asistencia, tuvo que contactarse por chat con otros jóvenes que también irían. Preguntó a varios adolescentes hasta que le dijeron dónde sería el punto de encuentro. El sábado 22 de febrero, a las 15:00, cientos de jóvenes, entre ellos unos 30 compañeros de su colegio, esperaban en un parque ubicado en la Floresta, en el norte.
Daniel contó que lo hicieron subirse a un bus y junto a cientos de chicos lo trasladaron a la Mitad del Mundo. Allí tuvo sexo con dos chicas y experimentó con cocaína.
Susana Chávez, directora de un centro educativo, asegura que han detectado locales en el Comité del Pueblo donde se organizan estos eventos. Y aclara que no se sanciona académicamente a los estudiantes porque las ‘caídas’ las hacen fuera del horario escolar y sin utilizar el uniforme. “La presentación de esas fiestas es con la promesa de sexo, alcohol y droga“, dijo.
La Dinapen tiene un grupo de agentes que se encargan de investigar posibles actos delictivos difundidos en las redes sociales. Sus investigaciones revelan que en las ‘caídas’ hay presencia de drogas legales e ilegales y riñas.
“Hay ‘brujos’ que venden tachas, polvo, marihuana, éxtasis, lo que sea se encuentra”, aseguró Danilo, de 16 años. Detalla que una dosis de marihuana cuesta entre USD 3 y 5. “Los condones nos regalan”.
El sábado pasado, 90 policías de Antinarcóticos, Dinapen y Antimotines allanaron una fiesta. Se realizó en una cancha sintética, en el norte de la capital. Unos 2 000 menores se amotinaron para escapar. Derribaron una pared y 4 organizadores fueron detenidos.
Punto de vista
Napoléon Vásquez Psicólogo y terapeuta familiar
‘Se debe poner reglas en casa’
Los padres tienen que recuperar la autoridad ante sus hijos y debe ser en casa. No al estilo antiguo con amenazas, gritos, castigos o golpes. Los adultos tenemos que entender que la autoridad debe ser flexible con los menores. El problema es que actualmente los padres no ponen reglas en el hogar y se dejan manipular por sus hijos, más aún cuando estos son únicos o menores y les tratan como los consentidos de la familia. También se debe aprender a regular el uso de las computadoras y redes sociales. No es cuestión de irse en contra de la tecnología, pero se requieren normas para el empleo de los dispositivos tecnológicos. Nosotros atendemos diariamente hasta 40 chicos y todos usan equipos tecnológicos.
En contexto
Dos operativos policiales en este mes revelaron que miles de adolescentes asisten a fiestas ilegales en las que se promueve el consumo de drogas, alcohol y sexo. Estos eventos se promocionan a través de las redes sociales. El ingreso a ellos cuestan entre USD 2 y 5.