En el frigorífico de la morgue de la Policía en Guayaquil, ayer seguía el cadáver del chef italiano Luigi Spasiano, quien fue asesinado con seis puñaladas mientras dormía, en la madrugada del 25 de diciembre.
El lunes hubo versiones de que allegados a Spasiano habían llegado al país para repatriar el cuerpo, pero “no hemos recibido ninguna comunicación de familiares o funcionarios de Italia”, dijo el médico legista Juan Montenegro.
Aclaró que la novia de Spasiano, una vigilante de la Comisión de Tránsito del Guayas, Johanna A., se acercó hasta el lugar. Pero ella tendría que entregar una información sumaria en la que se responsabilice del cadáver.
Spasiano recibió las puñaladas mientras dormía con Johanna en la casa de ella, en el Suburbio de Guayaquil. El italiano inició una relación sentimental vía Internet con la joven y vino a visitarla durante tres días. Según la versión que dio la vigilante, ante la Fiscalía, fue un ex novio, un extranjero Joffre O., quien supuestamente se metió a la casa y lo asesinó.
Hasta el momento, ninguna autoridad de la Embajada ni del Consulado de Italia, se han pronunciado sobre el caso. En diarios de ese país, se menciona que Spasiano trabajaba en un restaurante en Toronto (Canadá) y que tenía un programa de televisión.
Por otra parte, durante la mañana de ayer, afuera de la morgue de la Policía permanecían tres familias esperando que los médicos concluyeran las autopsias a sus seres queridos, para velarlos.
Doris T. (28) esperaba sentada junto a su madre, Rosa, y otros allegados para que le entregaran el cuerpo de su esposo Rodrigo Javier Galárraga, de 25 años, quien fue asesinado el pasado lunes a las 19:00 en Sauces 6, en el norte. Aquella noche, Doris y Rodrigo llegaban juntos de sus trabajos, hasta su vivienda. A 15 pasos de casa, fueron interceptados por dos hombres quienes pretendían robarles. La joven quedó petrificada y miró hacia el piso. Rodrigo, según su suegra, se les enfrentó pues tenía herida una de sus manos como si hubiera peleado.
Los dos delincuentes se llevaron a un lado a Rodrigo, y le dispararon un balazo en el pecho. Herido regresó donde la esposa y le dijo “vámonos”. Luego cayó al asfalto. Ella corrió a buscar ayuda y lo trasladaron a una clínica donde se dictaminó su fallecimiento.
Así también, afuera de la Morgue esperaban familiares de Carlos Wilfrido Quinde (29), quien fue asesinado en Fertisa, en el sur de la urbe, el lunes. Su esposa recordaba que él le había dicho para salir juntos pero que ella se negó porque estaba lloviendo.
Sin embargo, una abogada que los ayudaba en los trámites, dijo que a Quinde “se la tenían jurada, lo estaban esperando”, pero que los familiares prefirieren no dar nombres de los responsables.
El pasado lunes también falleció Jorge Briones (21), a quien le intentaron robar hace dos semanas en la Cooperativa Nueva Prosperina, en el norte. Por impedirlo, recibió 40 perdigones en su cuerpo. Fue atendido en el H. Abel Gilbert Pontón pero no resistió una infección en el hígado.
En la mañana de ayer, también se realizaron dos levantamientos de cadáveres. Eran las 07:00 y para Rita M. comenzaba su jornada como empleada doméstica en casa de Jaime Hernán Andrade Aguirre, de 56 años. Ella llegó a casa de su jefe y lo encontró muerto en la habitación.
El cuerpo del hombre estaba atado de pies y manos en el piso del dormitorio de la vivienda, en Ceibos Norte, con señales de haber sido ahorcado con un cable de luz. Así lo manifestó el fiscal, William Aguilar. Los familiares sospechan de los socios de Andrade.
Francisco Misael Masa Guaicha (44) se suicidó en su vivienda, en Guayacanes, en el norte. Ocurrió mientras su familia dormía.