La primera exhumación de uno de los 10 neonatos que falleció en el hospital Isidro Ayora de Loja, en enero pasado, se cumplió el jueves pasado. Los peritos tomaron las muestras de varios órganos y los resultados se prevé que estén listos en 15 días.
En un inicio, los padres denunciantes Jackeline Velásquez y Eduardo Celi se opusieron a la diligencia. Sin embargo, dijo Velásquez, aceptaron para que se demuestre si su hijo murió por la bacteria Enterobacter aerógenes.
Con esa bacteria murieron cinco neonatos en enero, de acuerdo con un informe del jefe de Neonatología, Jorge Álvarez y que luego fue confirmado por el ministro de Salud, David Chiriboga.
Los dos médicos legistas extrajeron materia de los pulmones y del estómago que fue remitida a los laboratorios de Instituto Izquieta Pérez y de la Policía.
Según Galo Ortega, abogado de las tres familias denunciantes, el mismo trámite se cumplirá con los otros dos cuerpos. Se trata de las hijas de Cinthya Serrano y de Luis Chávez. El neonato de Velásquez falleció a los 18 días de nacido, el pasado 11 de enero.
No obstante, el fiscal que investiga el caso, Boris Aguirre aún no determina las fechas para las nuevas diligencias. La etapa de indagación previa continúa. La Fiscalía sigue recabando información en el hospital, de testigos y otros detalles importantes. Esto determinará si cabe una Instrucción Fiscal y determinar posibles responsabilidades. Para el abogado Ortega, sí hay responsables.
Según él, hubo negligencia de las autoridades al no actuar de inmediato con la desinfección del área de Neonatología, como lo sugirió la pediatra Nuvia Ludeña, quien alertó -por escrito- sobre las muertes de los bebés.