Testimonio. Salía de una discoteca. Era viernes, a las 02:00, por la avenida Quito, en el centro de Santo Domingo. Había mucha gente alrededor, como siempre. Decidí no usar taxi para ir a mi casa. Pensé que no era peligroso porque había tiendas abiertas y puestos de comidas ambulantes.
Pasé al lado de un carro donde estaban unos cinco jóvenes y noté que ellos me quedaron viendo raro. De repente todos se vinieron contra mí y empezaron a golpearme sin razón alguna. Lo único que tuve chance de hacer fue defenderme y empezar a pelear. Obviamente no pude contra todos. Me tumbaron al suelo y me patearon por todos los lados.
Mientras me golpeaban en el suelo ellos empezaron a meterme las manos en mis bolsillos y a sacarme todo lo que tenía adentro. Se me llevaron la billetera, el reloj y 40 dólares.
Luego de la golpiza que me dieron entendí que hicieron el teatro que me golpeaban, solo para sacarme lo que tenía.
Un amigo que estaba en la discoteca salió a ver lo que pasaba e hizo un disparo al aire. Los cinco se subieron al carro y se fueron. Los taxistas que estaban parqueados por el sector se preocuparon. Les decían que me dejaran. No estoy seguro de cuánto duró el robo pero la Policía jamás llegó.
Me dejaron hecho pedazos la cara. Tenía hinchados los ojos y los labios. Gasté en el tratamiento 100 dólares y tardé en recuperarme dos semanas.
Pero ahí no acaba la historia. Luego de que me recuperé busqué a los que me asaltaron y los encontré en dos semanas a todos. No denuncié nada porque no ganaba nada con eso, la Policía no estuvo para ayudarme. Fui buscando a cada uno. Hallaba a uno y le decía: ¿Te acuerdas de esa vez que me robaste? Y lo golpeaba. Nunca les pedí que me devolvieran lo que me habían robado porque sabía que ya no lo tenían, tampoco les quité nada, porque no soy ningún ladrón. Solo quería que escarmentaran.
A cada uno que hallaba le preguntaba dónde podía encontrar al resto y llegué a todos. Cuando encontré al último tuve un problema con la Policía. Los uniformados me preguntaron ¿por qué hace eso? Yo le decía a la persona que me robó que contestara por qué le golpeaba. Él respondió que unos amigos de él me asaltaron.
Ahora pienso que todo esto me pasó por ahorrarme, por no gastar en un taxi. Si hubiera tomado un carro no me hubiera pasado nada. Ellos pensaron que tenía bastante dinero. No es una experiencia agradable, porque tampoco saqué nada con mi reacción.