Tuvo que hacerse el muerto para que los desconocidos no lo siguieran apuñalando. Era la madrugada del 27 de noviembre. Mauro T. estaba botado en un terreno baldío y escuchó que alguien ordenaba dejarlo allí. “Pensaron que me había muerto. Alguien dijo: se terminó el trabajo, vamos”. Y se llevaron su auto. La denuncia del asalto llegó ayer a la Policía, es decir, nueve días después del hecho.
“Estuve hospitalizado, porque con el cuchillo me hirieron en la cabeza y el pecho”, contó Mauro.
Este es un caso de violencia que Quito registró en sus fiestas y en los días previos. ¿Qué dicen las estadísticas de los organismos de socorro? Las cifras no coinciden.
Por ejemplo, hasta el mediodía del lunes, el coronel Juan Carlos Rueda, comandante del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), informó de forma preliminar que en las fiestas se habían registrado 11 robos entre la mañana del domingo y la mañana del lunes (dos a locales, cuatro a vehículos y cinco a casas). En cambio, hasta las 15:00 del martes, la Policía Judicial reportó 15 robos de autos en Quito.
Pese a estos datos, en el informe final que la Comandancia de Policía de Quito presentó ayer sobre el feriado no se menciona que se hubiesen registrado delitos contra la propiedad. En un boletín oficial de dos páginas, el ente refirió que solo hubo escándalos, violencia intrafamiliar, retiro de libadores, pedidos de auxilio, accidentes de tránsito, homicidios y otras muertes violentas.
Ayer, mientras presentaba la denuncia, Mauro T. recordó cómo los desconocidos lo llevaron desde la avenida Eloy Alfaro y De los Mortiños hasta el terreno baldío, en Llano Chico (afueras de Quito).
“Cuando estábamos allí me dieron un rodillazo en el estómago y me golpearon. Puse resistencia, pero esas personas me picaban con un cuchillo”, relató.
Mauro T. dice que se salvó de morir. Las estadísticas oficiales tampoco coinciden en el tema de asesinatos y homicidios.
La Policía sostiene que desde el 25 de noviembre hasta el 6 de diciembre se reportaron, entre otros hechos, tres homicidios y nueve muertes por accidentes de tránsito. No obstante, al mediodía de ayer en su cuenta de Twitter @uioseguridad, Rueda dijo: “Accidentes tránsito Quito: 151, fallecidos 16, heridos 141, del 25 Novbre. al 6 Dicbre.-2011”.
En cambio, los Bomberos (en su informe del 5 y 6 de diciembre) reportan seis fallecidos, pero únicamente por causas médicas. Y no registran decesos por violencia civil (asaltos, riñas, etc.) y accidente vehicular.
Los accidentes de tránsito aumentaron en las fiestas. Según la Policía de la capital, hubo 151 hechos. En el 2010, el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana reportó 143 percances.
Otro desfase: en un primer informe de los Bomberos se dice que entre el 1 y el 4 de diciembre hubo 53 heridos por violencia civil. Pero la Cruz Roja, en una medición más amplia, del 25 de noviembre hasta las 08:00 de ayer, registró ocho emergencias por violencia civil, 38 por accidentes de autos y 90 por ayuda médica.
La Policía de Quito tampoco informó sobre el número de asaltos cometidos contra transeúntes en la vía pública o los casos de ‘dulces sueños’ (robo con escopolamina).
Pese a ello, el lunes este Diario habló con dos personas que llegaron a la Policía Judicial precisamente para denunciar el atraco con escopolamina. Uno de ellos contó que a un amigo también le ocurrió algo similar. “Nos hicimos amigos de dos mujeres y nos confiamos. Esto ocurrió en La Mariscal”. El hombre interrumpió el relato: “No me pregunte más, no confío en nadie”.
El lunes también asaltaron a Cristian (nombre protegido). Ocurrió en la avenida Colón y Juan León Mera (norte de Quito).
“Atrás de mí estaba una pareja de novios besándose. No les di importancia y esperaba por un taxi para irme a mi casa. Los jóvenes me atacaron por la espalda y me quitaron tres teléfonos celulares de última tecnología que eran muy caros. Me resistí y me soltaron justo cuando un vehículo aparecía cerca del lugar”. Ayer presentó la denuncia en la PJ.
Él y Mauro T. esperan que los agentes indaguen sus casos. Este último dice que al menos recuperó su auto. Ocurrió seis días después de que fue golpeado en el terreno baldío de Llano Chico.
Otra escena vuelve a su mente: “Esos hombres me amenazaban con dos cuchillos”.