‘No”. Esa fue la repuesta del asesor de la Presidencia, Francisco Latorre, cuando Stalin López, abogado de César Carrión, le preguntó si había visto un candado en la puerta del Hospital de la Policía, el 30 de septiembre.
Por ese acceso atravesó el presidente Rafael Correa, desde el Regimiento Quito 1, luego de una insubordinación policial en la cual fue ultrajado. Ese día, Latorre estuvo junto a Correa. Ayer fue uno de los llamados a testificar en la audiencia de juzgamiento del ex director del Hospital de la Policía, César Carrión, inculpado como presunto cómplice de intento de asesinato al Jefe de Estado.Según la Fiscalía, Carrión supuestamente trató impedir el paso de Correa a la casa de salud al cerrar con candado la puerta. La declaración de Latorre fue seguida con atención por los asistentes a la audiencia, en el Tribunal Quinto de lo Penal de Pichincha.
Familiares y amigos de Carrión y de los policías Jaime Vinicio Paucar, Luis Martínez y Luis Bahamonde, quienes son procesados como presuntos autores de tentativa de asesinato en el mismo caso, mostraron su descontento en repetidas ocasiones.
La intervención de Latorre duró dos horas (desde las 11:00). En ella no pudo identificar a Paucar y a Bahamonde como quienes presuntamente habrían intentado quitar la máscara antigás y arrojar gas pimienta al Primer Mandatario, respectivamente, el 30-S.
Además, insistió en que ese día el Presidente y su seguridad no podían bajar del tercer piso del Hospital porque “estaba restringida nuestra libertad”.
La tensión subió de tono cuando el fiscal que lleva el caso, Luis Enríquez, pidió a una de las asistentes respeto, a lo que López reaccionó con la misma solicitud para la esposa de Carrión, Janeth Orbe, quien había llegado.
Orbe, visiblemente débil, arribó a la audiencia hacia las 10:25, una hora y 40 minutos después de haberse iniciado la diligencia. En silla de ruedas y ya sin el suero con el que había permanecido en los últimos días (cumplió su día 12 en huelga de hambre) la mujer fue recibida en medio de aplausos de los asistentes.
Orbe adoptó esa medida de hecho junto a sus hijos, en rechazo al aplazamiento de la audiencia, que en un inicio estuvo fijada para el 27 de abril. Ese día fue suspendida porque Enríquez pidió permiso por calamidad doméstica. Pero ayer levantó la medida y hacia las 13:00 se retiró del lugar para ser hospitalizada.
Los esposos se miraron y mantuvieron la serenidad durante la diligencia. Carrión con un terno gris y camisa y corbata rosadas, arribó al Tribunal hacia las 08:20. Él está detenido desde octubre.
En la tarde, la instalación de la audiencia tuvo un retraso. La razón: no se encontraban los testigos llamados al caso. Hugo Sierra, presidente del Tribunal, pidió correr lista y casi 50 de ellos de un total de 120 no se encontraban en la sala, como Gustavo Jalkh, quien el 30-S era ministro de Gobierno (actual secretario particular del Presidente); Freddy Martínez, ex comandante de la Policía Nacional; y Alexis Mera, secretario jurídico de la Presidencia.
Tampoco estuvieron los médicos del Hospital, pero Sierra les había concedido permiso para retornar a sus puestos y regresar más tarde. El resto de testigos fue descartado y la audiencia continuó con la declaración de Édgar Andrade, quien el 30-S integró el equipo de seguridad de Correa.
Andrade dijo no conocer a Paucar y Bahamonde. Y admitió que no se fijó si había o no un candado en la puerta del Hospital, porque había gas lacrimógeno. Enfatizó en que no miró esos detalles porque su prioridad era precautelar la seguridad del Presidente.
Andrade dijo que durante la permanencia de Correa en el Hospital escuchó rumores de que en los pasillos se hablaba de atentar contra el Presidente, pero no supo precisar de quién provenían. Él estuvo a cargo de supervisar a la gente que entraba y salía de la habitación 302 donde estuvo el Presidente. Y aseguró que incluso probó el agua aromática que sirvieron al Mandatario.
Durante el primer día, ocho testigos rindieron su declaración juramentada. Después de Andrade, dieron su versión los peritos Patricio Vásconez y Carlos Echeverria, así como Vicente Quinchimba, encargado de mantenimiento del Hospital.
También declararon los testigos claves Humberto Caiza, Alex Casierra y Richard Piedra, integrantes del cuerpo de seguridad de Correa. Los dos últimos habrían incurrido en posible perjuro (que jura en falso), al encontrarse inconsistencias en sus testimonios, según afirmó la defensa de Carrión.
El Tribunal dispuso que los dos testigos permanezcan hasta el final de la audiencia. Así lo aseguró el juez Luis Fernández, miembro del Tribunal Quinto de lo Penal.
La diligencia concluyó cerca de las 22:30 de ayer y continuará desde la 08:30 de hoy.
Audiencia de juzgamiento de César Carrión