‘Aquí estamos”, fue el grito de alerta que dio Jorge S., quien permanecía con los ojos vendados, cuando escuchó a su captor decir que había policías cerca.
Tres horas antes, el hombre había sido secuestrado junto con una fiscal, al salir del domicilio de ella, ubicado en una ciudadela, en el norte de Guayaquil.
La Policía encontró el lugar después de recibir las coordenadas obtenidas por rastreo satelital de un vehículo reportado como robado. Pero el auto ya no estaba en el lugar. Sin embargo, el grito de auxilio animó a los uniformados a ingresar a la vivienda de donde provino. Jorge S. y Fabiola G. fueron liberados. El rescate se registró la madrugada de ayer.
Luego del operativo fue detenido Héctor V., quien custodiaba con un cuchillo a las dos víctimas.
El abogado Jorge S. contó que en el momento del secuestro, él y la fiscal salían de la vivienda de ella, en el norte de Guayaquil. Cuando subieron al vehículo, dos hombres armados los amedrentaron. Tomaron el vehículo, les vendaron los ojos y llevaron a un lugar, que luego se conoció era en un populoso sector, en la periferia de la urbe porteña.
Durante su cautiverio, Jorge S. calculó que aproximadamente había 12 personas junto a ellos, quienes fumaban alguna droga y “realizaban actos impúdicos, teniendo una especie de fiesta. Nos amenazaron con quitarnos la vida si nos movíamos”.
Basados en lo que escuchaban, presume que había más víctimas.
Muertes violentas
Por otro lado, cinco personas fallecieron, en distintos puntos del norte. Se trata de Medardo M., de 29; Gimi C., de 24; Liz F., de 26; Pedro C., de 15, y Adán A., de 40 años.
Los cuatro primeros fallecieron por heridas de bala. Se presume que Medardo M. y Gimi C. fueron asesinados por tres hombres que se movilizaban en motos.
Liz F. habría sido asesinada por su conviviente, según la denuncia de los familiares. Pedro C. recibió un impacto de bala en la cabeza. Adán A. recibió puñaladas y su familia sospecha de un vecino.