Los habitantes de la parroquia fronteriza de Maldonado, ubicada en el noroccidente de Carchi, están conmocionados. La tarde de hoy fue encontrado el cadáver de Diego Q., de 24 años, quien estaba desaparecido desde el 28 de julio.
El abuelo de la víctima halló el cuerpo que estaba enterrado en una fosa cercana a la escuela del sector del Laurel, donde Diego trabajaba como albañil.
El cuerpo estaba en estado de descomposición y tenía las rodillas totalmente destrozadas. “Al parecer, lo quisieron descuartizar para no dejar rastro”, señaló Nelson Enríquez, médico legista.
Pero la Policía maneja otra hipótesis. Se cree que la fosa en la que fue enterrado le pudo quedar pequeña y por ello le quebraron las rodillas para sepultarlo.
Según Jairo Villareal, fiscal de Carchi, un equipo de la Policía Judicial (PJ), de la Unidad Antisecuestros y Extorsiones (Unase) y del Ministerio Público se trasladó al lugar para el levantamiento del cadáver.
En este caso entró la Unase porque supuestamente el joven estaba secuestrado por miembros de las FARC. El Fiscal aseguró que pedían USD 15 000 y 250 pares de botas de caucho a sus familiares para entregar a Diego con vida.
Por este caso se detuvo en el Laurel a un ciudadano extranjero y a un ecuatoriano, quienes son investigados por este crimen.
Anoche, además, fue detenido un tercer sospechoso en el sector de Pioter, cantón Tulcán.
Uno de los agentes encubiertos señaló que, antes de desaparecer el joven, quien deja en la orfandad a dos niños, estaba libando con los tres detenidos. Se presume que por una discusión fue asesinado.
¨Entonces para encubrir el crimen y lavarse las manos se inventaron lo de la guerrilla, para justificar la muerte y así ellos quedar libres. Pero pudimos descubrir su jugada y ahora sabemos la verdad¨, agregó el agente.