Eran las 03:30 del sábado 30 de octubre. Mario D. abordó un auto amarillo en la av. Amazonas y Foch, en el norte. Debía llegar hasta La Ecuatoriana, en el sur de Quito.
Cuando el carro llegó a San Bartolo, el chofer se desvió del camino y lo llevó hasta un callejón sin salida. El joven universitario, quien dice que había bebido, no opuso resistencia. “Solo le pedí que no me hiciera daño. Le entregué la billetera con 30 dólares, un celular y un reproductor mp3”, cuenta el joven. Tomó este vehículo, porque vio que era amarillo.
Asumió que era un taxi, pero no se fijó si tenía los adhesivos de seguridad del Municipio.
En la Fiscalía, este tipo de hechos ilícitos está catalogado como robo a personas, que en Quito se registraron 3 579, de enero a noviembre de este año. De ese total, entre seis y 10 casos se cometen por supuestos taxistas cada mes.
Vladimir Jara, ex dirigente de la Unión de Cooperativas de Taxis de Pichincha, señala que en “muchas ocasiones” los usuarios no toman las precauciones necesarias. “Al elegir un taxi deben fijarse que sea uno legal, que tenga todos los dispositivos de seguridad.
Mario tampoco se fijó en el número de placas del taxi que abordó esa madrugada. Luego del robo, el conductor lo abandonó en la av. Maldonado. “Desde esa ocasión soy más cuidadoso”.
A más de esta modalidad de robo, la Policía ha detectado una nueva. Se da cuando los desconocidos interceptan las frecuencias de los taxistas y obtienen información de los usuarios. Con esto, el auto de los sospechosos llega al cliente antes que el vehículo solicitado y se produce el asalto.
Por ello, cuando solicite el servicio a una central pida a la operadora el número de placas, color y marca del vehículo, nombre del conductor, etc. (ver infografía).
Esteban G. cuenta que el 8 de diciembre llamó a un taxi. Eran las 20:00 y le confirmaron que un auto amarillo lo recogería en su casa (San Carlos). La operadora le dijo que el auto llegaba en 10 minutos. Se embarcó, pero cinco minutos después el auto frenó y dos hombres se subieron. Uno le apuntó en la cabeza con un arma y le obligaron a sacar de un cajero USD 400. Luego de dar vuelta por dos horas lo abandonaron en la Ferroviaria, en el sur. Después se enteró que la frecuencia de la cooperativa fue interceptada.
José Barrionuevo, representante de Cititaxitrans, señala que para evitar esto utilizan el sistema geotaxi. Son dispositivos de rastreo satelital. Así se evita que la operadora dé el nombre del cliente, pues los datos se entregan por un mensaje de texto al celular.
Barrionuevo pide más cuidado de la gente, pues ahora los autos fácilmente se convierten en amarillos. Estos son empapelados con vinil amarillo. En el sur existe un lugar donde se hace este trabajo.
El propietario del negocio, quien no se identificó, señaló que forrar un auto cuesta USD 170.
QUITO
‘Nos unimos para protegernos’
Silvia Pusay
víctima de la delincuencia
Tengo mi quiosco de venta de periódicos y revistas en la esquina de las avenidas Amazonas y República (norte de Quito). Hace un año, los robos eran frecuentes y teníamos problemas. Por eso, los vendedores ambulantes y quienes tenemos pequeños negocios nos unimos.
En una ocasión, un desconocido sacó un cuchillo y trató de robarme 10 enciclopedias. Ante eso lo golpeé con una varilla y así logré evitar el asalto. Desde ese día, a ese fierro lo llevo a todas partes. Así me disparen tengo con qué defenderme. Pero sí me da miedo que algo malo me suceda por la inseguridad.
Otra cosa que pasa es que, aprovechándose de nuestro descuido, los delincuentes han tratado de arrancharnos el maletín en el que portamos dinero y tarjetas prepago de celular. Una vez me arrebataron el canguro y se llevaron todo.
Otras veces, personas bien presentadas y elegantes vienen y se llevan la mercadería haciéndose pasar por clientes. Una tiene que estar pendiente de todo. No hay que confiar.
Frente a esos problemas, los 25 vendedores ambulantes y quienes tenemos negocios en este sector nos unimos para enfrentar a la delincuencia. Desde hace un año no pasa nada. Incluso los desconocidos se han ido a otro lado y no aparecen. Varias veces los enfrentamos.
La propuesta
Carlos Castellanos
Presidente de la Confederación de Comerciantes Minoristas
‘Hay que coordinar más’
En vez de ver cómo reprimir a los comerciantes minoristas deberían analizar cómo mejorar sus condiciones de trabajo.
Nosotros estamos expuestos a que las pocas ganancias que tenemos nos roben, nos quiten.
En los centros de comercio popular, como plazas y mercados, no tenemos seguridades.
La inseguridad es bastante fuerte y no hay policías. Nuestros clientes no pueden acudir con confianza a comprar. La
Policía se ha olvidado de los centros donde trabajamos.
Estamos planteando que se haga un estudio para saber quiénes estamos permanentemente en los centro de comercio popular. Pero nada se ha hecho.
Decimos que se deben reunir los autores que participan directamente en este tema. Hay que coordinar más acciones.
Allí analizaríamos las complicaciones que existe en el tema de la seguridad ciudadana. Y podríamos regular esta temática, que es un problema social.