Hasta ayer, los cinco detenidos por el crimen de Juan Serrano, hermano menor del Ministro del Interior, seguían en las celdas del Centro de Detención Provisional (CDP).
Aún no hay la orden para recluirlos en la cárcel de Cuenca.
En el CDP permanecen custodiados por tres agentes de la Policía y así seguirán mientras dure la indagación en la Fiscalía.
El lunes pasado, el juez penal, Fernando Loyola, emitió la prisión preventiva y 30 días para las investigaciones respectivas.
El inmueble donde ocurrió el hecho, ubicado de las calles Larga y Santa Teresita, en el centro histórico de Cuenca, sigue resguardado. Allí, la noche del sábado y madrugada del domingo se registró una fiesta de cumpleaños y más tarde la supuesta riña donde fue atacado Serrano.
Según el jefe del Comando de Policía de Azuay, Lenín Bolaños, de ese lugar se tomaron algunos objetos y muestras de sangre para los exámenes periciales.
Un cuchillo de la cocina está entre las evidencias y servirá para determinar la compatibilidad con el encontrado horas después del crimen. Según Bolaños, hay un equipo completo (no citó el número) de agentes especializados de esta provincia que recogen información importante y brindan soporte a la Fiscalía.
Ruth M., madre de uno de los detenidos, contó que su hijo no aceptó dejarse practicar una muestra de sangre para la prueba de ADN solicitada por la Fiscalía. “No teníamos abogado y no sabemos el uso que le darían”.
El miércoles, ella contrató al abogado guayaquileño Héctor Vanegas, como su defensor.
Un abogado de su bufete estuvo en Cuenca recabando información, copias de los escritos y diligencias realizadas por la Fiscalía y Policía. “No encontraron a la Fiscal, pero seguimos insistiendo”, dice Vanegas.