Como se preveía, Jorge Glas Viejó no acudió a la audiencia de formulación de cargos que ayer se instaló en su caso. Lo hizo su abogado, Édgar Dávalos, quien evadió en todo momento a la prensa.
Glas Viejó no estuvo presente cuando aproximadamente a las 11:05, el juez Décimo de Garantías Penales de la Corte del Guayas, Édgar Macías, dispuso su prisión preventiva. Con ello el magistrado aceptó la solicitud de la fiscal que lleva el caso, Miriam Moncayo, quien durante la audiencia pidió que se ratificara la detención preventiva para el sospechoso de haber abusado de una menor de 14 años en el 2011 .
La audiencia, que se prolongó por alrededor de una hora, fue reservada. El Juez argumentó que con ello se preservaba la privacidad de la menor y su familia.
Un argumento permitió que la diligencia, que debía efectuarse en el despacho del Juzgado Décimo, se trasladara al auditorio principal de la Corte, en el segundo piso de la edificación. “Nos informaron, sin previo aviso ni notificación, que cambiaban de lugar por la falta de espacio”, se quejó Maritza Bravo, una de los tres abogados que llevan la defensa de la denunciante. Bravo auspicia el juicio de alimentos por presunta paternidad contra Glas Viejó.
La menor que denunció el abuso es madre de un niño de siete meses, cuya paternidad ella atribuye al padre de un alto funcionario del Gobierno.
Glas fue denunciado el 28 de septiembre del 2011 en la Fiscalía por la madre de la menor. Ese día el acusado fue detenido en la escuela donde estudiaba la menor y conducido para la audiencia de flagrancia. Sin embargo, fue liberado porque la orden de detención provisional llegó horas después. Silvio Espinoza, el abogado que participó ayer en la audiencia como defensa de la menor, recordó luego, en rueda de prensa, que cuando la Policía volvió al plantel para detener al denunciado, este ya no estaba.
“Es de ‘ripley’ que (Glas Viejó) sea el único denunciado por delito sexual que se presenta a la Fiscalía, rinde su versión y recién a las cinco o seis horas se determina su detención”, manifestó.
“La integridad sexual de una niña es un bien jurídico protegido por la Constitución, y cuando ese bien ha sido violado, debe haber una pena”, acotó.
Esperanza M., madre de la adolescente, acudió a la diligencia con su hijo de cinco meses en brazos. Ella ratificó en la audiencia su acusación en contra del investigado. En rueda de prensa que se realizó en la oficina del Colegio de Abogados del Guayas, gremio que auspició las dos demandas contra Glas Viejó. La madre aseguró que la violación fue reiterada.
Según Espinoza, en la audiencia de ayer la Fiscal presentó pruebas médicas que comprobarían que la adolescente fue abusada constantemente.
La madre retiró del plantel a la menor, entonces de 13 años, y desde allí esta no ha vuelto a estudiar. Ayer la progenitora aceptó que la niña recibió clases de una profesora del Ministerio de Educación, pese a que anteriormente había dicho que no recibió ninguna ayuda gubernamental.
No obstante, la madre dijo que esa ayuda no se extendió. “La profesora me aseguró que este año (mi hija) iba a educarse, pero no me dio nada. Dijo que no había matrícula”.
La madre respondía así a un comunicado del martes pasado del Consejo de la Niñez y Adolescencia que aseguraba, con respecto a la menor, que el Instituto de la Niñez y Familia de Guayas “ofreció oportunamente apoyo legal, psicológico y social a la madre de la adolescente (por cuatro ocasiones)”. Según el organismo, ese apoyo fue inicialmente aceptado, “pero luego de unos días fue rechazado, indicando que su hija no lo requería”.
Con la apertura ayer de la instrucción fiscal, Moncayo tendrá 90 días para sustentar su acusación contra Glas Viejó.
Según el Código de Procedimiento Penal vigente, el delito por el que se lo investiga implica una pena de 12 a 16 años.