Ángel T. cumple hoy 21 días preso y aún no sabe cuándo dejará el Centro de Detención Provisional (CDP) en Quito. Allí permanece desde el 31 de marzo, cuando dos policías lo arrestaron al llegar al almacén de electrodomésticos donde trabaja desde hace un año.
Los agentes le informaron que sobre él pesaba una boleta de detención por adeudar USD 1 200 en pensiones alimenticias, que no pagó un año para sus dos hijos.Ayer, él y 39 personas más ocupaban las tres celdas del CDP que están destinadas exclusivamente para quienes no cubren la pensión. Los guías penitenciarios sostienen que en promedio cada día llegan cuatro padres deudores.
“Cuando hay elecciones se disparan los casos, porque las mamás esperan que los padres de los niños lleguen a las urnas y hacen que los policías los arresten”, dice un custodio y sonríe. En los comicios del 26 de abril del 2009, por ejemplo, hubo 70 detenciones.
Únicamente el juez Tercero de la Niñez, Hugo Celly, emite hasta 10 boletas diarias.
Ángel T. asegura que sí cumplía con sus obligaciones, pero que no justificaba en el juzgado los USD 60 que entregaba mensualmente por un convenio voluntario. “Hace cuatro años incluso le dí USD 1 200 y con eso se puso una tienda. Todo estaba tranquilo, hasta que se enteró que yo estaba con otra chica y me hizo esto”.
En las frías celdas hay solidaridad entre los presos, que incluso comparten la comida que llega de sus familiares. Antonio A. lleva detenido cuatro meses. Debía USD 16 000. Hace un año retornó de España y su ex pareja hizo que lo detuvieran. Él relata a sus compañeros que ya pagó y que solo espera la orden de libertad.
Carlos H., en cambio, ingresó hace tres semanas. Su ex pareja planteó el juicio de alimentos en juzgados distintos y en los dos se emitieron boletas de captura.
Debe USD 5 000 por no pagar la pensión de sus dos hijos durante un año. Ayer, su nueva esposa hacía los trámites para que los jueces acepten un convenio de pago. “En el trabajo ya le dijeron que se presente. Caso contrario lo botarán y no tenemos dinero”.
Ángel T. también busca un acuerdo. Su madre, Luisa T., acudió a la casa de su ex nuera, pero no aceptó ninguna propuesta. “Me gritó y me dijo que no quería saber nada, que cancelemos todo. Pero ¿de dónde saco la plata?”, cuenta la señora de 45 años.
Los acuerdos económicos son escasos en el Juzgado Sexto de la Niñez. La jueza Gladys Palma logró uno ayer y dice que “fue una excepción”. Ocurre lo mismo en el Juzgado Noveno. El juez Milton Quinteros indica que “las demandantes no aceptan la propuesta que hace el acusado”.
Ángel T. no logra ningún entendimiento con su ex pareja y dice que el caso se agravó. Antes debía USD 1 200 por un año y ahora la deuda es de USD 9 000. “Dice que no le he dado nada los últimos cuatro años y es mentira”.