En 30 días se conocerá el informe del accidente del avión Twin Otter

En la Base Aérea Mariscal Sucre (Quito). Miembros de la FAE cargaron los ataúdes de los fallecidos.

En la Base Aérea Mariscal Sucre (Quito). Miembros de la FAE cargaron los ataúdes de los fallecidos.

Los féretros llegaron a Quito cubiertos con la Bandera del Ecuador. Eran seis ataúdes con los cuerpos de los militares que la tarde del jueves fallecieron tras un accidente del avión Twin Otter, que cubría la ruta entre Shell y Tena.

fakeFCKRemoveLos familiares del suboficial Ángel Mármol Guasgua se enteraron que había muerto a las 19:00. Ellos tenían la esperanza de que sobreviviera, pero murió horas después del percance. “Sentimos una gran melancolía, pues era una persona muy activa y disciplinada”, contó Antonino Espín, primo del fallecido, quien llegó a la Base Aérea de Quito, a las 10:00.

A esa hora estaba previsto que llegaran los cadáveres, pero el traslado se retrasó. El cuerpo de Mármol llegó a la Base Aérea a las 11:45. El resto lo hizo a las 12:00.

En la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) se informó que la nave tenía 16 676 horas de vuelo.

El avión Twin Otter operaba en el programa de Transporte Aéreo Económico para las comunidades aisladas de la Amazonía, que funciona desde agosto del año pasado. Según Carlos Viteri Gualinga, presidente del Instituto para el Ecodesarrollo Regional Amazónico (Ecorae), esa aeronave realizó 469 vuelos y transportó a 6 169 personas desde hace cinco meses en la Amazonía.

Cubría los aeropuertos de Tai-sha, Macas y Shell, así como las pistas de las comunidades de Curaray, Tutinentza y Montalvo. “Teníamos previsto que en marzo se iniciara la segunda etapa del programa que cubriría Lorocachi (Pastaza)”, señaló Viteri.

La Junta Investigadora de Accidentes Aéreos inspeccionó ayer el sitio donde se estrelló la nave. Su trabajo comenzó a las 12:00, luego de que se completó el operativo de rescate de los seis integrantes de la tripulación.

Allí, la Junta Investigadora informó que, en máximo 30 días, presentará un informe oficial con las conclusiones del accidente.

Según Ricardo Medrano, oficial de semana del Centro de Operaciones Sectoriales de la FAE (COS 3), no hubo reportes sobre fallas mecánicas en las torres de control de Shell-Mera, tampoco en Tena (Napo). “En esta zona no disponían del alcance de la radio de comunicación y eso obstaculizó saber qué pasaba”, señaló.

A las 16:00 de anteayer, una llamada telefónica realizada desde la torre de control de Shell-Mera alertó al personal de la FAE. Por eso, militares se desplazaron en helicóptero hasta el lugar del siniestro y rescataron a las víctimas.

A ese sector se arriba por una vía estrecha de tierra. Está compuesto por casas dispersas de madera y techos de zinc, donde viven 40 familias dedicadas a la agricultura y a la tala de árboles. Allí se ubicó un cerco militar para impedir el paso de vecinos y curiosos.

Los técnicos de la FAE y de la Dirección Aviación Civil (DAC) entrevistaron a un grupo de moradores del barrio Virtud de Dios, del recinto El Capricho (cantón Julio Arosemena Tola), en Napo, quienes observaron cómo sucedió el accidente aéreo.

Luis Chongo escuchó, a las 15:35, el sonido del motor de un avión averiado. Al salir de su casa, vio cómo este se impactó contra los cables de electricidad de una tarabita. “El ala izquierda se desprendió y el piloto perdió el control. Se estrelló contra un árbol y una casa deshabitada, 300 metros más abajo, siguiendo las riberas del río Anzu. Luego llamaron a la Policía y a los Bomberos”, precisó.

Chongo corrió con otros vecinos para ayudar a los heridos. En el lugar encontraron los cuerpos de cuatro pasajeros, que vestían uniforme camuflaje, desperdigados sobre la tierra. Otros dos permanecían en el fuselaje. El suboficial Ángel Mármol “solo se quejaba. Él estaba bañado en sangre y tenía una abertura en el cráneo. Por eso le rescatamos”.

Otra testigo fue Rosario Grefa, de 65 años. Ella lavaba en el río cuando vio que el avión perdía altura. “Pensé que se venía encima, pero gracias a Dios los cables de acero de la tarabita lo desviaron”.

La nave se estrelló contra la casa de Rodrigo Guingla. Él se reunió con miembros de la Junta Investigadora y pidió que se le reconstruyera la casa, levantada hace tres años con el Bono de la Vivienda.

El velorio se realizó en la funeraria El Batán (norte de Quito). Hoy será el sepelio en sus ciudades de origen, como Tabacundo (Pichincha), Quito y Ambato.

Suplementos digitales