‘El 12 de cada mes protestamos en un parque’

Los amigos de Mazoyer. Regina Ricco, de blusa rosada, muestra una foto que le recuerda a Charlotte, antes de que fuera asesinada.

Los amigos de Mazoyer. Regina Ricco, de blusa rosada, muestra una foto que le recuerda a Charlotte, antes de que fuera asesinada.

‘Fue tan injusto lo que pasó con Charlotte (Mazoyer). El asalto, que terminó con su asesinato, ocurrió días antes de que viajara a Colombia. Creo que luego se iba a Perú, por cuestiones de trabajo. Tenía entendido que salía el 19 de septiembre y falleció siete días antes.

No sé por qué suceden estas cosas. No queremos que algo así se vuelva a repetir. Por eso nos hemos organizado para que su muerte, y otras similares, no quede en la impunidad.

El 12 de cada mes , un grupo de amigos de Charlotte nos concentramos en un parque que está al frente de la clínica donde se le negó la atención médica, para protestar. Nos vestimos de blanco y repartimos volantes a los transeúntes, a partir del mediodía.

En las hojas imprimimos los artículos de la Ley de Salud y de los derechos que tiene el paciente para que se difundan. Lo hacemos porque al negarle la atención médica a nuestra amiga se violentaron estos derechos.

Durante dos horas repartimos los boletines. En ese tiempo hay personas que nos cuentan otros casos. Lo mismo ocurre en el blog de la Internet, donde recibimos cartas y fotografías. Incluso hay un grupo que quiere unirse a la protesta y denunciar más casos.

Estos días estuvimos con los padres de Charlotte y los acompañamos al encuentro con el vicepresidente de la República, Lenín Moreno, y en otras diligencias.

Estamos pendientes de cómo avanza el juicio en contra de los hombres que la agredieron.

Antes de ir a las concentraciones de cada mes, nos reunimos y definimos el contenido del boletín. Procuramos actualizar la información para que se conozca cómo está el proceso.

No todos están de acuerdo con nuestra protesta. Los médicos de la clínica, donde murió mi amiga, nos critican. Lo único que queremos es que otra persona no vuelva a sufrir porque a su pariente le negaron la atención en una clínica.

Mi amiga tenía muchos proyectos. Uno de ellos era cruzar el Atlántico en velero. Incluso comenzó a averiguar cómo hacerlo.

Su recuerdo quedará en todos quienes la conocíamos. Todos los amigos estábamos tan cerca de ella desde el día del asalto. Era un compromiso, porque sus padres estaban en Francia. Esa tarde teníamos que salir pero no pude. Fui hacia la clínica y la encontré en una camilla”.

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