Los escritorios del Juzgado Primero de la Niñez están llenos de expedientes. Son juicios que acaban de ingresar, pero no son los únicos.
Sobre los archivadores y hasta en el piso hay otras causas. Las más antiguas pasan al pequeño cuarto donde se archivan juicios de hace 20 años y que están vigentes, porque los hijos son protegidos hasta cumplir 21 años.
A 20 metros de esta sala, Margarita L. manipula una computadora pública y observa el estado del juicio de alimentos que comenzó hace un año.
En este sistema informático solo están causas que ingresaron desde el 3 de julio del 2003 hasta la fecha. Pero los procesos presentados antes de ese día están impresos en papeles que por el tiempo se vuelven amarillos.
Es jueves y a las 10:00, Edith F. va de una oficina a otra en el segundo piso del Palacio de Justicia (Piedrahíta y 6 de Diciembre). En este edificio funcionan tres de los nueve Juzgados de la Niñez que cubren Quito.
En el 2000, ella planteó un juicio en contra del padre de sus tres hijos, quien la abandonó dos años antes. Por falta de dinero dejó el juicio, pero en enero pasado su situación económica se complicó: perdió el trabajo y a su primer hijo, de 16 años, le detectaron inicios de neumonía.
Con la idea de obtener ayuda económica de su esposo, el 1 de febrero regresó al Juzgado Segundo de la Niñez, para seguir con la acción legal. Pero le dijeron que el expendiente no aparece y que debía esperar hasta que los funcionarios lo hallaran.
Pasó un mes y recibió otra respuesta: la causa está en el Juzgado Noveno. Allí, en cambio, le indicaron que sigue en el Primero y que no podían actuar mientras no se notifique oficialmente.
Por circunstancias como estas y basado en informes oficiales del Consejo de la Judicatura (CJ), Daniel Gallegos, técnico jurídico del Consejo Nacional de la Niñez y Adolescencia (CNNA), señala que en el país están represados al menos 10 000 causas. Esa cifra es del 2008, pero no ha variado hasta ahora.
El presidente del CJ, Benjamín Cevallos, reconoce que solo en Quito 20 000 procesos más se hallan en estas condiciones.
Edith F. no está sola. Manuela Paredes llegó a las 11:00 al Juzgado Segundo. Está molesta, porque el juicio que su hija comenzó hace un año no termina. “Estos señores (jueces) creen que mi nieto no come (…). Sé que el papá está feliz y a mi chiquito ni le toma en cuenta. Ahora vengo a ver si hay algo y me dicen que el doctor no firma nada”.
El juez Segundo, Carlos Huilca, se molesta cuando los usuarios culpan a los funcionarios por la demora. “Si pasa un año es porque ellas no impulsan”.
En el CJ se determinó que el represamiento ocurre por falta de personal, juzgados y equipamiento. Por eso -indicó Cevallos- en este año se destinaron USD 6 millones para contratar 54 jueces adjuntos. En el 2009, en Quito se crearon seis juzgados.
El director de la CJ, Gustavo Donoso, reconoció que las nuevas unidades no son una solución, pero “sí un alivio”, para evacuar los casos represados. Por ejemplo, el juez primero de la Niñez, José María Durán, tenía 40 000 procesos en espera, pero las nuevas dependencias asumieron 27 000. “Aun así todavía están 13 000 por solucionar”.
En esa lista está el caso de Mariela P. Cansada de esperar, abandonó el trámite hace siete meses, pero regresó a finales de diciembre del año pasado. “Venga en la mañana, venga en la tarde. Mejor mañana (…). Estoy cansada. Encima, en el Juzgado Octavo me manifiestan que mi juicio está en el Tercero”.
Allí tampoco aparece el juicio. Hace tres meses, este último juzgado se dirigió al edificio ubicado entre las avs. Amazonas y República (norte de Quito). Allí permanecieron solo 10 días.
El CJ detectó problemas de logística y ordenó el retorno al Palacio de Justicia (centro-norte).
Hugo Celly, juez tercero, reconoció que en ese paso los documentos se trasladaron en costales y no descarta que allí se hayan traspapelado las causas .
Guía para tramitar el juicio de alimentos
Para iniciar la acción legal, la madre debe presentar en cualquier juzgado de la Niñez el formulario aprobado por la Judicatura y que está en www.cnj.gov.ec/
Ese documento consta de tres páginas, contiene 15 campos en donde debe registrar los datos personales del demandado y del demandante. Entregue el original.
Para presentar los formularios de pensiones, la persona afectada no necesita el patrocinio de un abogado. Puede acudir sola y dejar la documentación en las secretarías de cada juzgado.
Los niños y niñas tienen derecho a las pensiones alimenticias hasta cumplir 18 años. Si continúa con los estudios superiores, el padre cubrirá hasta los 21 años.
Para mejorar las pensiones, las madres deben presentar otro formulario, que también se encuentra gratuitamente en la página www.cnj.gov.ec/
En caso de que el padre registre una reducción en sus ingresos económicos tiene la potestad legal de que se revise la pensión. La petición debe entregarse en las secretarías de los juzgados.