La Conferencia del Episcopado Mexicano informó el 22 de septiembre el secuestro del párroco de una iglesia en el estado de Michoacán (oeste), pocos días después de que dos sacerdotes fueron raptados y asesinados en otro estado del país.
De acuerdo con un comunicado de la Conferencia, el párroco de la iglesia Santísima Trinidad, en el municipio de Puruándiro, José Alfredo López Guillén, desapareció “después de que fue saqueada la casa parroquial el pasado lunes 19 de septiembre”. “Después de compartir la pena grande por el asesinato de dos sacerdotes jóvenes de la diócesis de Papantla, en Veracruz, pues ahora sufrimos en carne propia la angustia de la desaparición, del secuestro, de uno de nuestros sacerdotes”, dijo el arzobispo de Morelia, cardenal Alberto Suárez Inda, en un video adjunto al comunicado.
De acuerdo con Suárez Inda, el párroco fue sacado de la casa parroquial el 19 de septiembre, después de que le robaron varios objetos y su automóvil.
El arzobispo les pidió a los secuestradores que “respeten la vida y la integridad” de López Guillén “para que pueda volver pronto al ejercicio de su ministerio”.
El 19 de septiembre se informó sobre el hallazgo de los cadáveres de dos sacerdotes en el estado de Veracruz (este), que habían sido secuestrados el 18 de septiembre por la noche junto a un sacristán que logró escapar de sus captores.
De acuerdo con la fiscalía veracruzana, los sacerdotes conocían a sus secuestradores y estuvieron bebiendo licor en su casa antes de los hechos. Los responsables, que todavía no han sido detenidos, les robaron dinero y dos autos.
Según cifras del Centro Católico Multimedial, en los últimos cuatro años se han registrado 14 homicidios de sacerdotes, un seminarista y un sacristán, además de la desaparición de dos sacerdotes.