Redacción Cuenca
A propósito de la llegada de la cadena internacional de turismo Decameron a Esmeraldas, ¿el país puede venderse a través de un turismo denominado todo incluido?
Al país y al consumidor les hacía falta una propuesta turística de esta naturaleza. Con este tipo de plan la gente puede presupuestar antes de viajar lo que puede pagar o conseguir un destino acorde a su presupuesto. Con ello el turista tiene el costo global y no va a tener sorpresas en pagos extras con la ventaja que este tipo de servicios se pueden diferir con tarjetas de crédito. Esto llega a solucionar los problemas del público que no está en capacidad de hacer un gasto inesperado sino que sale de sus hogares con el dinero preciso para el viaje.
¿POR QUÉ
ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Dirige su operadora de viajes Irma Tours. Es presidenta de la Asociación Ecuatoriana de Agencias de Viajes, Operadores de Turismo y Mayoristas.
Su punto de vista. Ella considera que el servicio todo incluido fomentará más competencia.
¿Qué tipos de cambios generará la implementación de esta modalidad en el país?
Esta competencia obligará al resto de empresarios de turismo a manejarse de una forma más formal. No es justo que, por ejemplo, en este feriado de fin de año, en los hoteles cada dueño ponga el precio que quiere, no hay tarifas de temporada alta ni de baja. Esa falta de seriedad, de profesionalismo y de control de las autoridades es lo que causa molestias en los turistas. Sin duda, es un atropello contra el usuario.
¿Los generadores de servicio turístico aportan a esta iniciativa?
No todos lo hacen. Ya sea porque no están debidamente controlados para ofrecer un servicio garantizado. En muchos casos se aprovechan en el momento de cobrar. Es decir, no hay un costo fijo, eso se puede ver con más intensidad en las ciudades pequeñas.
¿Qué necesita el empresario turístico para trabajar en el servicio todo incluido?
Hace mucha falta el control de la autoridad, primero. Con ello ya se empieza a tener un manejo correcto de las diferentes actividades. Los empresarios piensan que porque tiene un cuarto relativamente grande con una cama y un colchón ya pueden categorizar a ese hotel como cuatro estrellas.
El hotel no se categoriza por la infraestructura, sino por la calidad de servicio de los empresarios que manejan el hotel.
Y se les autoriza a trabajar solo porque hay un restaurante con unas lindas mesas o porque cocinan rico, pero hay que ver la calidad del servicio.
Según usted, el primer paso para llegar a un servicio todo incluido eficiente en el país es que exista un control.
Sí. Los municipios descentralizados son los que tienen la potestad de clausurar, de cerrar o autorizar. Además, el Ministerio tiene una gran función: capacitar y ser los facilitadores para que los empresarios conozcan cómo se debe desarrollar al sector.
¿El turismo comunitario puede entrar en esta estrategia del todo incluido?
Ese tipo de turismo es diferente, porque está enfocado directamente al turista extranjero. Esta forma de hacer turismo es la que más se ha aproximado al todo incluido en el país, porque allí los paquetes le dan alojamiento y alimentación. Los miembros de la comunidad son los guías y preparan las caminatas, pero deben ser más profesionales. Eso se soluciona con capacitación adecuada.
¿El servicio todo incluido puede llegar a institucionalizarse en el país?
La llegada de esa cadena puede servir de ejemplo porque todos van a querer competir en ese andarivel. Yo he propuesto a los empresarios que ofrezcan un todo incluido, pero para poder hacerlo se necesita tener una infraestructura que pueda cubrir todas las necesidades. No todos los hoteles tienen una gran capacidad para poder hacerlo y para entrar en competencia se necesita logística básica. Es importante que la empresa tenga un buen equipo de empleados y sepa cómo manejar esta promoción.