La moda de colocar latas en la antena de los carros tiene casi dos años en Santo Domingo de los Tsáchilas. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Los taxistas tsáchilas fueron los primeros, ahora son los jóvenes de Santo Domingo de los Tsáchilas, a quienes les gusta conducir un carro con una lata sobre la antena, por estar ‘in’ y en ‘onda’.
Luis López le pone ese toque distinto y chévere al carro que comparte con su madre, para movilizarse por las calles esta ciudad, en el occidente de Ecuador. Le gusta tunear la antena del vehículo con una lata vacía de un energizante. No es una lata cualquiera: es una de Monster Energy.
A su madre no le agrada este accesorio y cuando se le pregunta por qué no, responde con gracia y una sonrisa: “la gente va a decir que estoy loca teniendo eso en el carro”.
Entonces, cuando el joven, de 19 años, conduce solo instala la lata y si su madre lo va a ocupar, la saca.
López comparte el carro con su madre, porque el suyo –tuneado con la lata- se volcó hace un mes. La camioneta fue su obsequio al cumplir la mayoría de edad.
La moda comenzó hace un año y dos meses, luego de una salida de diversión en la que iba con sus amigos. En esa noche vio que 10 carros llevaban el famoso accesorio en la antena.
Así que sus amigos lo convencieron para que colocara la lata, pero no podía ser cualquiera: debía ser una de Monster Energy, porque es una bebida cara (cuesta USD 5 en las discotecas), de moda y la consumen los jóvenes. La lata era un accesorio que la daba vida a su carro y lo hacía para sentirse parte de la tendencia en Santo Domingo. Le gustaba salir con los amigos a las discotecas o huecas, para que los demás jóvenes vieran su carro.
Al principio no le interesaba, pero al ver que sus amigos insistían y que era una moda que agarraba fuerza en la ciudad decidió hacerlo.
Nada mejor que poner aquella lata que haría ver ‘chévere’ al “amor de su vida”, como le decía a su pertenencia más preciada: su vehículo. Este era un accesorio que combinaba con el verde de la camioneta Chevrolet D-Max.
Los jóvenes de Santo Domingo son los más entusiastas por practicar esta moda. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
López escuchó que poner latas en las antenas mejoraba la recepción de señal para las radios, pero no era de su interés ni el de sus amigos, porque no utilizan la radio. “Los jóvenes ahora escuchamos música en otros dispositivos, conectamos los celulares o las flash”.
Jhon Molina, experto en electrónica, asegura que las latas en las antenas son utilizadas para ‘tunear’ a los vehículos. “Por lo general lo usan los jóvenes, no es cierto que mejore la señal del radio, incluso, con la fuerza del viento se puede hasta quebrar la antena”.
Tener la lata en la antena del vehículo es una forma de sentirse ‘en onda’, como cuenta Peter Alvear, de 19 años y otro fan de las latas. Él también le puso una a su Aveo blanco –que lo tiene desde hace tres años- en una fiesta que hubo en su casa. Se percató de que muchos carros en Santo Domingo estaban usando esta moda y creyó que era chévere usar la lata de las bebidas reconocidas que consumían.
Primero usó una Monster Energy, porque esa marca era tendencia. Al estar a la intemperie se empezó a desgastar y la cambió por la lata de una cerveza, la que adorna su Aveo hace un mes. Para él, este accesorio hace ver diferente a su carro, le gusta cuando va por la calle y las personas se detienen y señalan su vehículo; sabe que es por la lata.
A Patricio Nogales, de 22 años, en cambio, el accesorio para su Chevrolet Aveo Familiar color negro, lo colocó un primo. “Simplemente un día llegó y le puso la lata en la punta de la antena, la verdad no sé para qué sirve, pero se ve chévere”.
Él también usaba una lata de Monster Energy. Hace unas semanas la lata se estropeó y el vehículo quedó sin esa chispa. Apenas consiga otra, la colocará de inmediato.
La lata lo hace sentirse y verse diferente. Cree que es un toque especial y por eso le quiere poner otra.
Los jóvenes se inclinan por la lata de Monster Energy, porque es una marca que patrocina ciertos eventos deportivos y se la relaciona con carreras de deportes extremos. También se la vincula con los carros y motos de carreras, algo que atrae a los jóvenes.
Esta moda ya tiene casi dos años y la empezaron los taxistas, dicen ellos. El taxista Nilo Cedeño cuenta que fueron los pioneros. “La puse porque es amarilla y combina con el vehículo. Me parece llamativo”.