Gracias a la ayuda desinteresada de Ramiro Gavilanes, un ecuatoriano que vive en España y está vinculado a nuestra Embajada en Madrid, con quien conversé en uno de los viajes que hice a esta ciudad por el tema del Bicentenario ecuatoriano del Primer Grito de Independencia y que, además, es la persona que me proporcionó la información y redactó un breve texto sobre el asunto, del cual me valgo ahora, es posible conocer algo más sobre los descendientes de Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre y quien fuera el primer presidente de la Junta Soberana que se instaló en Quito el 10 de Agosto de 1809.
Me refiero a don Alfonso Bullón de Mendoza, VII Marqués de Selva Alegre y descendiente de Juan Pío Montúfar, quien nació en Madrid, tiene nacionalidad española y ha cumplido ya los 86 años.
Hijo de Eloy Bullón y Fernández, destacado intelectual español, académico de la Historia, Ciencias Morales y Políticas, Jurisprudencia y Legislación y autor de más de cien libros, y de Beatriz de Mendoza y Esteban, VI Marquesa de Selva Alegre, don Alfonso es doctor en Filosofía y Letras, catedrático por oposición de Geografía e Historia, profesor de Historia Económica de España en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid.
Es Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia. Tiene 3 hijos y 5 nietos. Uno de sus hijos, Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera, es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad SEU-San Pablo de Madrid, de la que también ha sido rector.
En 1946, durante el régimen franquista, don Alfonso fue encarcelado en los calabozos de la Dirección General de Seguridad por haber distribuido propaganda en favor de la monarquía.
Las autoridades le impusieron la entonces astronómica suma de 5 000 pesetas de multa. Don Alfonso reside habitualmente en Madrid, a cuatro pasos de la emblemática Plaza de Colón, y los veranos suele refugiarse en su residencia de La Granja de San Ildefonso.
Su familia es propietaria de algunas fincas en Jerez de los Caballeros, Extremadura, donde se dedica principalmente a la agricultura.
También gracias a don Alfonso Bullón de Mendoza hoy conocemos del certificado de defunción de su antepasado Juan Pío Montúfar. Se ha creído que este Marqués murió en Cádiz, ciudad a la que llegó confinado en 1818. Pero su familia logró influencias y así consiguió que se levantara el destierro. En 1819, una epidemia de fiebre amarilla en la zona de Cádiz, obligó a trasladar a Montúfar a Alcalá de Guadaira, cerca de Sevilla, donde murió poco después.
Ramiro Gavilanes describe a don Alfonso Bullón de Mendoza como una persona que destaca por su notable vitalidad, unida a una memoria más que asombrosa, de estatura media, delgado y casi enjuto, pulcramente afeitado, bien vestido y dueño de una sonrisa amable.
Cualquier tema que aborda lo desarrolla con convicción, con firmeza y sin titubeos, también gesticula al hablar, pero lo hace sosegadamente, en voz baja y de forma pausada.
Ama la naturaleza y, sobre todo en su juventud, ha practicado mucho la equitación. Ahora le sigue gustando dar largos paseos a pie, sea en la ciudad o en el campo. Disfruta de la buena mesa y apenas prueba el vino, pero no fuma.