Los bolsos robados fueron arrojados sobre el césped en las calles A y Riofrío.
Las cinco carteras se encontraban sobre el césped, junto a la acera, en las calles A y Riofrío, de la Cooperativa 31 de Mayo de Sangolquí, cantón Rumiñahui. Los peatones que transitan a diario por esa zona comentaban, asustados, que los robos y asaltos ocurren con recurrencia en esa vía.
En ese sector hay una quebrada con abundante vegetación y basura. Los moradores aseguran que los delincuentes se esconden allí luego de arrebatar las pertenencias a sus víctimas. Por eso piden a la Policía que patrulle con más frecuencia esta zona peligrosa.
La delincuencia es uno de los problemas que más preocupa en el cantón Rumiñahui -150 000 habitantes- ubicado al oriente de Quito. Según datos del Ministerio de Gobierno, allí se incrementaron los robos a personas, viviendas, vehículos y unidades económicas, de enero a noviembre del año pasado, en comparación con el 2018. En total, estos delitos aumentaron de 329 a 433. Solo se redujeron los atracos de motocicletas.
La gente se queja de que hay bandas delictivas que atacan a los transeúntes a cualquier hora. Caminar en horas de la noche en los parques Salinas y Turismo, en el centro del poblado, es muy peligroso.
Uno de los casos que más conmocionó a la comunidad fue el asalto a una peluquería, el 5 de febrero, cuando un hombre se hizo pasar por cliente y amedrentó a la chica que trabaja allí. Se llevó dinero, máquinas, un celular y mercadería.
Desde entonces, ella es más precavida cuando termina la jornada laboral, a las 19:00. “Mi esposo me viene a ver y me siento más tranquila”.
Ocho días después del incidente, gracias a las cámaras de seguridad, la Policía Nacional detuvo a un sospechoso, quien trató de huir en precipitada carrera, pero fue interceptado.
El coronel Silvio Dávila, comandante policial de Rumiñahui y Mejía, informó que se localizó al hombre gracias a que se reforzaron los patrullajes preventivos. Admite que la delincuencia aumentó en el cantón, pero aclara que ese es un problema que se registra a escala nacional.
En su zona se han implementado estrategias para trabajar con las autoridades municipales. Una es la instalación de equipos de megafonía IP en 23 puntos estratégicos, con una inversión de USD 100 000.
Julio Pacheco, director de Seguridad y Riesgos del cantón, indicó que el sistema funciona con altavoces, cámaras y un intercomunicador que permite a la gente tener una interacción directa con el ECU-911.
Los dispositivos son antivandálicos y se ubican en los postes de las cámaras de videovigilancia. Si alguien tiene un problema solo debe aplastar el botón y se atiende la emergencia de forma inmediata. También cuentan con cámaras.
Asimismo, se intensificarán los controles de armas con las Fuerzas Armadas y se conformarán las brigadas barriales, para mantener contacto con la ciudadanía y conocer sus necesidades en cuanto a temas de seguridad.
También se prevé aplicar campañas disuasivas.
En ese sentido, los moradores de la Cooperativa 31 de Mayo piden a los policías que patrullen de forma recurrente los sitios en donde los asaltantes arrojan carteras.
Un vecino contó que desconocidos se reúnen a consumir droga en los espacios verdes de esa cuadra.
Un joven, que vive en ese barrio desde hace 17 años, reconoce que históricamente su barrio ha sido complicado por la delincuencia y que ya ocurrían robos. No obstante, la situación se agravó en los últimos meses. “Las carteras que se encuentran allí son nuevas”.
Otros moradores aseguran que hay otros sitios sensibles. Por ejemplo, el parque Turismo, las inmediaciones del cementerio o San Pedro de Taboada, en donde una gasolinera fue asaltada hace dos meses. Los vecinos han denunciado que parte del problema se debe a que hay venta de droga en diferentes lugares del barrio.
En lo que respecta a infraestructura, Pacheco explica que Sangolquí contará con 13 unidades de Policía Comunitaria (UPC), las cuales se distribuirán en diferentes puntos conflictivos del cantón.