Redacción Cuenca
Los huertos de hortalizas de la parroquia San Joaquín perdieron su verdor. La granizada del pasado sábado acabó con 195 hectáreas de cultivos y generó pérdidas por USD 1,1 millones, según cálculos de los técnicos del Municipio cuencano que visitaron la zona.
Fue la segunda granizada en dos semanas, en esta parroquia ubicada en el sureste de la capital azuaya. Sus 5 100 habitantes viven de la horticultura.
El 70% de su producción abastecía a los mercados de El Oro y Guayas. El resto se quedaba en los mercados de Cuenca. “Ahora, los camiones que llegan para transportar col, lechuga, acelga, brócoli, zanahoria, prácticamente, salen vacíos”, dice Gladys Pintado, del barrio Cristo del Consuelo.
Esta azuaya de 42 años revisa con tristeza las hojas de las coles, lechugas y acelgas. El granizo les dejó amarillentas. “Nada sirve, es un desastre”.
Los granos de hielo perforaron las hojas. Además, pudrieron a las zanahorias que empezaban a crecer. José Pilco vive de la agricultura. Esta semana tenía previsto iniciar las cosechas: “Pero el mal tiempo me ganó”.
Él hace sus cálculos del perjuicio. “Por el alquiler del terreno (una hectárea) pagamos USD 1 200. También gasté en abono orgánico, arado, semillas… Perdimos unos USD 4 000, sin contar con nuestro trabajo diario”, señala Pintado, con tristeza.
A Inés Luna, de 54 años, le desespera mirar su huerta. Hasta ayer no removía los cultivos dañados, porque no tiene dinero para una nueva siembra. “Lo que ganaba servía para seguir sembrando. La agricultura no da muchas ganancias. Esa es la realidad”.
Rubén Gómez (75) también está preocupado, porque sus hortalizas se dañaron. Él las vendía en la Costa. Por estas pérdidas, la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Finanzas Populares y Solidarias (Coopera) ayuda a sus 3 000 socios de esta parroquia.
La entidad adquiere al mismo precio la producción afectada y la utiliza para alimentar a los animales que mantiene en las granjas (vacas, cerdos, chivos, conejos, cuyes…). Así lo ratifica Irene Dután, coordinadora del Centro de Acopio de Coopera.
Ayer, Victoria Villacís, de 52 años, entregó 200 coliflores y 120 brócolis, a USD 0,25 cada uno. Tenían algunas partes negras. A ese mismo precio las vendía antes de que el granizo las dañara.
“Recolecté lo que pude. Es casi nada para las dos hectáreas que sembré. No coseché ni lechugas ni nabos. Perdí, mínimo, unos USD 6 000”, comenta.
Efrén Reyes, director provincial del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), coordina con su similar de Tungurahua, donde hay una importante reserva de semilleros. El propósito es que los perjudicados adquieran las plantas a menor precio para la siembra.
Él asegura que la dependencia que dirige no tiene recursos para atender a la población afectada. “Pero pueden solicitar créditos al Banco del Fomento, para que reactiven la producción”.
Gómez y Villacís coinciden en que hasta ahora ninguna entidad estatal ha concretado ayuda.
“No podemos sentarnos a esperar, porque necesitamos trabajar. Los clientes piden los productos y el desabastecimiento genera especulación y perjuicio para los consumidores”, dice Gómez.
En San Joaquín, el cielo estaba ayer despejado y había poca actividad en los campos.
Los precios subieron
Las 2 000 coles se vendían a los intermediarios en USD 400, ahora no hay producción. En la feria libre de El Arenal, el centro de abastos más grande de Cuenca, una col mediana vale USD 0,60 y antes costaba la mitad. La lechuga subió de USD 0,25 a 0,45.
El Cabildo y el Ministerio de Agricultura ofrecen asistencia a los agricultores que perdieron sus cosechas para mejorar las técnicas de siembra y cómo prepararse para enfrentar inundaciones y granizadas.
En las comunidades Pinchizana, San José de Barabón, Chacarrumi, Cruz Verde, Balzay Alto, Medio Ejido y Santa Marianita también se perdieron los cultivos de hortalizas y legumbres, según la inspección realizada por técnicos del Municipio de Cuenca.