Salvaguardias y acuerdos

La realidad inexcusable de la contracción económica hace pensar en que varias de las medidas urgentes que tomó el Ejecutivo no resultaron suficientes.

El año pasado una restricción a las importaciones y gravámenes en sobretasas y salvaguardias buscaban manejar el desbalance de la balanza comercial deficitaria.

El impacto fue evidente: salieron menos dólares pero se encarecieron varios productos y se estimuló el contrabando. 
Este año se programó un desmontaje paulatino de las sobre tasas para alentar el proceso con la Unión Europea (UE).


Además, las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a las que adscribe el Ecuador, no permiten sino medidas temporales en casos que lo justifiquen. Pero las proclamas políticas entran en conflicto con las necesidades.

La idea de comerciar con los países de forma abierta supondría un aliciente a los exportadores nacionales cuya diversificación ha mostrado capacidad de respuesta en la calidad de los productos, el volumen y -aun sin el incentivo de una moneda propia- las condiciones de competitividad.


Sería deseable reanudar un acuerdo con EE.UU., nuestro principal socio comercial. Las declaraciones hostiles hacia ese país no ayudan para nada.

Hay que caminar en el acuerdo con la UE sin un escenario enrarecido por las salvaguardias y procurar nuevos mercados, solo posibles en una atmósfera de libertad que estimule la inversión extranjera sin prejuicios.

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