El Tzawar Mishky es utilizado para endulzar bebidas o como energizante. Foto: Cortesía
El Municipio de Pelileo analiza las posibilidades de industrializar la producción del Tzawar Mishky, una bebida dulce que los habitantes de la comunidad indígena Salasaka obtienen del penco o cabuya, hoy, martes 24 de mayo del 2016.
Las autoridades buscan que las familias de las 17 comunidades que integran esta parroquia del cantón Pelileo, en Tungurahua, participen en el proyecto. “Con la industrialización de la producción se podría ayudar a las familias de bajos recursos escasos a través de la comercialización del penco de cabuya. Nuestro objetivo es crear emprendimientos sustentables y que lleguen a ser un eje económico del sector”, señaló Manuel Caizabanda, alcalde de la ciudad.
Las reuniones de socialización con los habitantes de esta parroquia se iniciaron el martes 14 de mayo del 2016. Es más se iniciaron los cursos de capacitación para el cultivo del penco, los cuidados y la cosecha. “En la actualidad la cosecha del néctar de esta planta se lo utiliza para el consumo familiar de Tzawar Mishky”, dijo Caizabanda.
El plan está a cargo de José Castillo, especialista en genética. Explicó que las bondades que da esta planta son muy importantes, por eso requiere de mucho cuidado. Al penco es considerado como la ‘planta milagrosa’, ya que se la puede comercializar en hojas, raíces, sabia y frutos, es decir, aprovecharla en su totalidad.
“A través de recorridos se detectó que existen plantas de agave de muy buenas proporciones, a pesar de no existir mayor cuidado. Lo que queremos es mejorar su genética a fin de tener una producción continua de la planta”, dijo el especialista.
Miel, balanceado, shampo y otros productos se los podría obtener de esta planta conocida comúnmente como penco y utilizado como un protector natural para evitar la erosión. “Las raíces ayudarían a disminuir la erosión sembrando al contorno y formando terrazas, esto nos ayuda a la retención de la tierra y por ende a tener suelos fértiles para cultivos posteriores” señala Daniel Oña, técnica Agropecuario del Cabildo de Pelileo.
La capacitación se inició con la participación de 30 familias y 80 estudiantes de la zona, a fin de tener un vivero comunal de cabuyas para plantarlas en diferentes fechas. El tiempo promedio de crecimiento y formación es de 8 a 10 años.
“Al momento contamos con la producción suficiente para dar el primer paso con las familias que estén dispuestas a involucrarse en el proyecto. La idea es que a más de la industrialización, pueda tener su propia planta de derivados del penco”, afirmó Oñate.
La idea emocionó a Jesús Jiménez, presidente de la Comunidad Centro de Salasaka. Mencionó que está feliz de que se busquen alternativas para mejorar las condiciones económicas, de trabajo y sociales de los habitantes de la parroquia. Por eso apoya la iniciativa. Además, pidió el acompañamiento permanente por parte de la municipalidad.
El proyecto también tiene el apoyo del Concejo cantonal de Pelileo. Martha Chango, concejala, explicó que la cabuya es usada en el pueblo para trazar los linderos. El Tzawar Mishky es utilizada para el endulzado de las coladas o se bebe como energizante. “Apoyamos la iniciativa porque eso mejoraría los ingresos de los pobladores. Hay suficiente materia prima para arrancar”.