La ñusta Micaela Jerez encabezó el ritual de la siembra de la fertilidad en la comunidad de Salasaka. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO
Los habitantes del pueblo indígena de Salasaka celebraron con un ritual el Kuya Raymi (fiesta de la siembra en español) este viernes, 25 de septiembre del 2015. La festividad se inició a las 07:30 en las faldas del Kinlli urko (Cerro protector).
Las mujeres vistiendo sus mejores atuendos autóctonos caminaron hasta este sitio sagrado para efectuar el rito ancestral. Rufino Masaquiza, uno de los estudiosos de la historia y la cultura Salasaka, contó que en septiembre se festeja la época de la siembra.
“Esta fiesta la realizaban los taitas y mamas antes de iniciar la siembra y está relacionado con le calendario agrícola lunar. Luego vendrá la cosecha en junio y celebraremos el Inti Raymi. Lo que buscamos es mantener celebración ancestral para que no se pierda”.
Ataviadas con anacos, blusas bordadas y reboso de color blanco con bordados de hilos de colores, que representa a la pureza, bailaron en la cima del cerro al ritmo del tambor, el bombo, la flauta y en pingullo.
Allí ofrecieron a la Ñusta (reina de la fiesta), que representa la pureza y la fertilidad de la mujer. “Nuestra tierra es madre y en el mundo andino en todo está presente lo femenino”, dijo Micaela Jerez, Ñusta de la comunidad Capillapamba.
Las niñas de la escuela 24 de julio llevaron en sus manos shigras (bolsos) tejidos con hilo de cabuya. Jerónimo Caizabanda y su esposa Lorenza Caiza araron la tierra con la yunta. Luego sembraron los granos de maíz, habas y arveja.
En el sitio sagrado del cerro Kinlliurko los las niñas de la Unidad Educativa 24 de Julio dejaron sus ofrendas. Eran los wangos con que hilan las mujeres para obtener el hilo para la elaboración de las prendas de vestir. “A este sitio llegan músicos, artesanos, artistas para recibir esa sabiduría y aprender estas artes”, contó Elena Masaquiza, líder de la Unidad Educativa.