Redacción Negocios
El escenario, de gala. La “estrella” también: vestía blusa blanca, falda negra y sandalias estilo romano negras. Los lentes hacían juego con su ‘look’.
En el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, la superintendenta de Bancos, Gloria Sabando, disfrutó ayer de su autoproclamación como la salvadora del proceso de liquidación de las entidades quebradas en la crisis financiera de 1999 y que 12 años después, según ella, llegó a su fin.
“Histórico”, “valiente” y “extraordinario” fueron algunos de los adjetivos para calificar su gestión. Gloria Sabando arrancaba aplausos del centenar de personas invitadas, la mayoría funcionarios que trabajaron con ella durante todo el proceso.
En nombre de los caídos de la crisis celebramos este histórico día.
Gloria Sabando
Superintendenta de BancosSus asesores de prensa habían preparado todo para la protagonista del encuentro. En los asientos posteriores se encontraba uno de ellos, Carlos Andrade, quien aplaudía frenéticamente en ciertos momentos del discurso para contagiar al resto de los asistentes a que también lo haga.
La Superintendenta, en cambio, trataba de estar a la altura del discurso casi poético que había preparado. El recuerdo de las personas que perdieron su dinero en la crisis -acompañado con imágenes de los dramas en pantallas de televisión- y el repudio a los banqueros que causaron ese dolor en los ahorristas fueron el eje de su discurso. Al final, terminó con la frase: “Una victoria de la moral pública”. Su asesor de la parte posterior del salón se levantó frenéticamente de su asiento y aplaudía a rabiar. Pero solo él se paró.
Luego, la Superintendenta atendió a la prensa y dio algunas pistas: “Las 32 instituciones financieras que se desplomaron reportaron un déficit patrimonial de USD 2 239 millones. El total de acreencias garantizadas por el seguro de depósitos y no garantizadas con personas naturales y jurídicas sumaron USD 396,7 millones. A las personas naturales se les adeuda USD 20,6 millones”.
Ante la pregunta de si es verdad el rumor de que irá a la Embajada de Bélgica, sonrió y dijo: “No”. Salió del escenario en medio de besos y abrazos para disfrutar de los bocaditos y un sorbo de vino.