Separatistas prorrusos y fuerzas ucranianas se acusaron este sábado mutuamente de violar el alto el fuego que entró en vigor el viernes por la tarde para poner fin a un conflicto que dura ya casi cinco meses.
Los presuntos incidentes armados ocurrieron el mismo viernes 5 de septiembre cuando entró en vigor en el este de Ucrania el alto el fuego que debía dar paso a negociaciones políticas, según las versiones de responsables militares.
“Ayer (viernes) a las 21:00 (locales, 18:00 GMT) hubo varios disparos de cohetes en la periferia de Donetsk”, declaró Vladimir Makovich, uno de los dirigentes del parlamento rebelde.
El parlamentario también aseguró que una columna de blindados ucraniana fue detectada desplazándose desde la región de Zaporizhia, situada al suroeste de Donetsk.
El “primer ministro” de Donetsk, Aleksander Zakharchenko, secundó esas declaraciones. “Es demasiado pronto para hablar totalmente de un alto el fuego”, dijo a la agencia de noticias Ria Novosti.
En parecidos términos se expresó el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano Andrey Lysenko.
“Hemos detectado una serie de provocaciones por parte de los rebeldes” dijo. “Dispararon contra nuestras unidades antiterroristas en 28 ocasiones (el viernes), diez de las cuales tras el alto el fuego”, dijo.
“Las fuerzas antiterroristas respetan escrupulosamente el alto el fuego”, añadió. Reporteros de la AFP en la región de Donetsk no habían detectado ningún incidente tras ese alto el fuego que había sido negociado en Minsk (Belorrusia).
El ayuntamiento de Donetsk, capital regional de los separatistas prorrusos, aseguró el sábado mediante un comunicado que “la noche del viernes fue tranquila”. “No hemos recibido información alguna sobre disparos, salvas o explosiones en la ciudad”, añadió.
En Mariupol, un puerto estratégico a orillas del mar de Azov que en los últimos días temía un asalto de los prorrusos, también imperaba la calma.
Dos voluntarios del batallón Azov que lucha junto a las tropas ucranianas confirmaron que la noche fue “muy tranquila” y que no habían oído ruidos sospechosos. El acuerdo de Minsk, bajo la supervisión de Rusia, la Unión Europea y la OSCE, está destinado a poner fin a casi cinco meses de conflicto que ha causado 2 600 muertos y medio millón de refugiados y desplazados.
El alto el fuego forma parte de un plan de negociaciones políticas, para decidir el gran problema de fondo: el destino de la enorme región del este ucraniano, una sexta parte de su territorio, muy vinculada con sus vecinos rusos.