En la parada de El Recreo (sur), la gente se aglomera en la puerta de un trole. En ese momento actúan los grupos delictivos. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Empujones, pisotones y reclamos se escuchaban ayer en la parada del trolebús ubicada en El Recreo, sur de Quito.
Eran las 07:40 cuando más de 200 usuarios con rostros impacientes esperaban al vehículo en una fila desordenada.
Cada vez que llegaba un trolebús para recoger pasajeros, hombres y mujeres se amontonaban de forma violenta en las puertas para ingresar pronto.
Los policías metropolitanos pedían que no se amontonen en los ingresos: “¡Cuidado con sus pertenencias! ¡Eviten los robos!”. Precisamente este lugar es el de mayor peligro y allí se producen robos de celulares, dinero, billeteras, etc.
Eso lo sabe Juan Zapata, secretario de Seguridad y Gobernabilidad del Municipio, pero dice que eso no ocurre solamente en el Trolebús, sino también en la Ecovía, Metrobús, Corredor Sur Oriental.
Un estudio levantado por esta Secretaría refiere que en junio pasado, 53 personas fueron retenidas en el instante en que supuestamente cometían un ilícito en un bus.
Además, otros 143 son observados por considerarlos sospechosas de robos.
De los cuatro sistemas de transporte metropolitano que tiene Quito, la gente que utiliza el Trolebús es la más vulnerable al robo. Le siguen la Ecovía, el Corredor Sur Oriental y el Metrobús. Las paradas en donde los pasajeros tienen más problemas por la presencia de sospechosos son El Capulí, El Recreo (en el sur de la capital), El Playón de La Marín (centro), La Delicia y La Y (norte).
El robo más común es el de los ‘descuideros’, quienes se aprovechan de las personas distraídas para atracar.
Así lo vivió hace un año Eulalia S. (nombre protegido), de 56 años. Ella es enfermera y tomó el trolebús para dirigirse al Centro Histórico para hacer trámites personales. Por seguridad, ella escondió los USD 100 que llevaba en el bolsillo delantero del pantalón.
No obstante, al bajarse en la parada de la Plaza del Teatro ya no tenía los billetes; no sintió cómo le habían arrebatado.
La mujer se indigna al recordar esos momentos. “Era mi quincena e iba a pagar el agua y la luz. Tuve que pedir dinero prestado para cancelar”.
Ese tipo de historias se repiten en las paradas y andenes en donde la gente espera hasta por 20 minutos para tomar un bus.
En ese tiempo los usuarios se acumulan y dicen que en ese momento los desconocidos se aprovechan para robar. Para evitar ilícitos de este tipo, la Policía recomienda no sacar objetos de valor en los buses (tabletas, celulares inteligentes, consolas de video portátiles). Tampoco guardar la billetera en los bolsillos posteriores del pantalón o laterales de la chompa.
Los investigadores han determinado que los desconocidos cortan las carteras o maletas de las víctimas para robar. Bajo esta modalidad, hay casos de personas que han sufrido atracos hasta en cinco ocasiones.
Por ejemplo, a Luciana, de 26 años, le robaron hace tres semanas mientras se dirigía a su trabajo. Le quitaron los USD 12 que llevaba en el monedero.
Otras cuatro veces le arrebataron el celular o documentos al cortar su maleta con estiletes u hojas de afeitar. Ante ese problema, los uniformados aconsejan a los usuarios que intenten hallar lugares en donde haya menos gente. Por ejemplo, en la mitad de los buses.
Según datos del Municipio, los cuatro sistemas movilizan diariamente más de 500 000 usuarios en Quito.
En otros casos, las mismas víctimas con la ayuda de pasajeros se han encargado de detectar a quienes les roban.
Vinicio R. recuerda que hace un mes un hombre fue llevado con la Policía luego de que intentara llevarse el celular de una chica que iba en el trole.
La víctima avisó que le quitaron su aparato. En ese instante, un pasajero llamó al celular sustraído y detectaron que lo tenía un joven. En ese momento se comunicaron con la Policía y lo llevaron aprehendido.
Para evitar problemas de inseguridad, la Secretaría de Seguridad del Municipio tiene previsto sumar 100 metropolitanos más para que colaboren en las tareas de vigilancia en las paradas. Pero primero habrá un proceso de selección.
Si se quiere impedir el robo de los celulares, los uniformados piden a la gente que los guarden en los bolsillos delanteros de la camisa. También solicitan precaución al salir de las paradas del bus, porque allí operan los grupos delictivos.